No ha mucho tiempo que alabamos un vino de la misma bodega (Dominio Dostares), el Leione. Vamos a ver qué tal está este rosado.
De un color fresa brillante, en nariz nos regala aroma a frambuesa, aunque también percibimos notas anisadas (esas bolitas que llamaban, en nuestra infancia, de anís) y de piña.
En boca combina muy bien acidez y dulzor. Es sabroso y deja un recuerdo persistente.
Nos ha costado 7,50 euros en Lavinia. Una apuesta segura para un vino fresco y rico, bien hecho.
Cuidadín con el alcohol (14%) que es de esos que se beben en un santiamén.
¡Salud!
Y ahora...Grecia. De la mano de una uva típica de aquel país, nos adentramos en la cuna de nuestra civilización. Hagámosle nuestro pequeño homenaje a los que hicieron de este placer algo propio de los dioses (que disfrutamos los mortales).
Se trata de un vino de capa media, color cereza; poco intenso en nariz, que deja aromas a fruta roja, un toque mineral y notas de vainilla aportadas por la madera.
En boca destaca más. Acidez y dulzor muy correctos, sabroso y con buenos taninos que dejan un agradable amargor final.
Pues es un vino muy correcto. Nos ha costado 11, 50 en Lavinia (gracias, José, de nuevo por tu sabiduría y buena compañía). Esperemos que Dionisos se haya puesto contento.
¡Salud!
¿Existe la máquina del tiempo? ¿Cómo podemos disfrutar de un tiempo ya pasado? Sabemos que existen diferentes respuestas a esta cuestión. Una de ellas tiene que ver con el arte. Así, cuando uno contempla un cuadro de Velázquez o de Murillo, se puede decir que está "reviviendo" la España del siglo XVII. Pero en Vinoencasa no nos referimos a este concepto intelectual de regresar a un tiempo pasado, sino a algo mucho más concreto, más físico. Todos estaríamos de acuerdo en que reviviríamos más directamente la España del siglo XVII si fuéramos capaces de oír la voz del propio Velázquez, o de tocar el terciopelo del manto de una de las Inmaculadas de Murillo; o de ver, oler y probar el vino que derramó don Quijote en la aventura de los cueros de vino. Pues eso sí es posible con este Imperial Gran Reserva, que se ha convertido en una máquina del tiempo que nos ha transportado al siglo XX. Abróchense los cinturones porque el viaje comienza ya.
Este Imperial nos ofrece un bonito color rubí tirando a anaranjado, todavía muy alejado del tono de teja que ya tienen otros vinos de su edad. La capa es media-baja.
Nada más servirlo en la copa, aparece un aroma de reducción que recuerda a la humedad enrarecida de un lugar cerrado o de un sótano. Desaparece pronto: es el genio de la botella, que ha volado en cuanto se ha visto libre. Inmediatamente, sustituyen a esa nota inicial otras fragancias mucho más agrabables y sugestivas: cuero, cedro (lápiz), ahumado (¿pimiento asado, quizá?). A la fruta hay que esperarla un poco más. Unos quince minutos después, aparece (guindas en licor) junto con tostados dulces (chocolate y vainilla).
En boca sorprende su paso suave y su tacto aterciopelado. Una caricia para el paladar. Todavía conserva una buena acidez y unos taninos dulces de la madera muy sutiles. A este anciano aún le quedan algunos años. El recuerdo es largo. Un buen rato después aún seguimos percibiendo el calor y la suvidad de la caricia de este Imperial. La lástima es que, para entonces, se ha acabado la botella. No importa, ya sabemos cómo viajar "de verdad" al siglo XX. Y esta experiencia sólo nos ha costado 29€ en Lavinia, de Madrid. Gracias, José, por tu recomendación.
¡Salud!
De capa alta y color picota, este vino es poco intenso en nariz. Le hemos dado tiempo para que se oxigenara y se ha mostrado bastante tacaño en aromas: algo de fruta roja y notas avainilladas de la madera.
En boca presenta unos taninos en punta que, unido a que es poco aromático, deja una sensación de vino aceptable, pero que no enamora.
Nos ha costado poco más de 11 euros.
¡Salud!
Vamos con un tempranillo, pero blanco.
De color oro pálido, en nariz percibimos aromas herbáceos-anisados y frutales, entre cítricos y tropicales (recuerdo de lima).
En boca, tras el alegre cosquilleo del carbónico en la punta de la lengua, destacamos su untuosidad y persistencia.
Nos ha costado 6, 11 euros. Buen precio para un vino muy correcto.
¡Salud!
De capa alta y ribete todavía muy vivo, nos encontramos ante un vino complejo que nos propone un desafío olfativo que aceptamos gustosos.
Notas minerales desde el principio, pero también fruta madura, algún toque balsámico; la madera se muestra con aires de cedro y más tarde de café. Todo esto va apareciendo con el paso del tiempo; cada copa cambia; el vino parece jugar contigo.
Lo probamos. Acidez y dulzor muy correctos. Muy, muy aromático (el recuerdo mineral sigue ahí). Muy buenos taninos, presentes pero aterciopelados. Todo perfectamente ensamblado.
Nos ha costado 14,90 euros, que se pagan con gusto por lo mucho que ofrece este Castaño.
¡Salud!
Vinoencasa amplía su campo de acción a los Pedro Ximénez, una joya de los vinos españoles.
De color caramelo y bonito ribete ambarino, huele a miel, a pasa, a toffe.
Lo que ha mostrado en nariz se confirma en el paladar. Tiene un paso untuoso, sedoso y cálido que no empalaga. La sensación final es muy agradable, perfecto colofón para una buena comida. También podemos imaginar el excelente maridaje que tendría para algunos quesos azules o muy curados.
Su precio es de 9€ en Alcampo. Maravillosa relación calidad-precio.
¡Salud!
Presentamos aquí un vino de uno de los enólogos más prestigiosos de España: Álvaro Palacios. De él ya hemos probado en Vinoencasa Les Terrasses.
Es un vino de capa media-alta, en tono picota. En nariz tiene una buena intensidad. Destacan los aromas a fruta madura, de mermelada de frambuesa; con un ligero toque floral. Con el tiempo, aparecen las notas tostadas de la madera.
Al probarlo, es de entrada fácil, de buen paso por boca, un punto goloso, aromático, con una ajustada acidez y deja un buen recuerdo.
Nos ha costado 12.05€. No es tan complejo ni tiene el carácter de Les Terrasses, pero es más asequible y acompañará muy bien cualquier comida.¡Salud!
De nuevo Toro. En este caso nos acercamos a una bodega muy exclusiva que tiene producciones pequeñas pero de altísima calidad. De hecho, en España sólo comercializa este vino y el Termanthia, vino que suele estar entre los mejores del país.
Centrándonos en Numanthia, vino elaborado a partir de viñas de más de cincuenta años, nos encontramos con un vino de capa altísima en tono picota.
En nariz hemos optado por decantarlo, aunque hemos dejado por separado la primera copa para ver cómo va evolucionando. Desde el primer momento huele muy bien, con presencia de la fruta roja y de notas especiadas de la madera, que van dando paso al café. Sirviéndonos desde el decantador también apreciamos notas minerales.
Lo probamos. Estamos ante un vino que, siendo potente, muestra un enorme equilibrio y suavidad; con un extracto que se deposita en el centro de la lengua, taninos aterciopelados, un excelente equilibrio entre acidez y dulzor, y un postgusto largo y muy agradable.
Cuesta algo más de 30 euros. Exclusividad y placer a un precio que no es una locura. Os invitamos a probarlo. ¡Salud!
Como nos gustó mucho el último cava que os presentamos, también de Agustí Torelló, nos decidimos a seguir investigando.
Este cava de color dorado y una burbuja de tamaño medio, nos deja en nariz los tradicionales aromas a panadería (levadura, miga de pan) acompañados de matices frutales (pera, plátano) y de miel. Debemos apuntar que la fecha de degüello es de septiembre de 2009, lo que le puede restar algo de potencial aromático (aspecto en ningún caso achacable a la bodega).
En boca mantiene la línea de calidad del cava anterior. Es potente en la entrada, con acidez correcta y paso suave y cremoso. Muy aromático y de largo postgusto.
Cuesta 20 euros, un precio muy razonable si tenemos en cuenta la exclusividad de unas uvas procedentes de tres viñedos viejos en los que, en uno de ellos, no se aprovecha todo el mosto para mejorar la calidad de este cava.
¡Salud!
Desde Chinchilla de Montearagón, Albacete, nos llega este rosado de capa alta y vivo ribete fucsia.
En nariz es muy intenso, dejándonos desde el principio aromas a fruta roja (fresa, frambuesa) con toques de caramelo de violeta.
Lo degustamos y apreciamos en boca un poquito de carbónico en la punta de la lengua. Después de este inicio juguetón, nos recreamos en su gusto goloso y aromático. ¡Qué bueno!
¡Y todo esto por 4 euros! Estamos hablando de un vino premiado en varios concursos importantes, que cuenta en su haber con la medalla de oro al mejor rosado de la Tierra de España en 2008 y 2009.
Un auténtico placer. ¡Salud!
Saltamos al continente de Oceanía para disfrutar de un syrah australiano, de capa muy, muy alta y tono picota.
En nariz, nos regala fruta muy madura, con matices florales. Con el tiempo van apareciendo notas de la madera, a café.
Esta bonita presentación da paso a un gusto muy agradable. Tiene notable acidez que le aporta frescor, pero, por otro lado, es goloso y aromático.
Nos ha costado 12 euros en Lavinia. Buena apuesta.
¡Salud!
Volvemos a Toro, que siempre es una garantía de buenos momentos. Este Corral de Campanas se presenta con una capa media y un bonito color rubí.
En nariz sobresale la fruta roja, como de mermelada. Con el tiempo toman el relevo notas ahumadas.
En boca hace gala de su denominación. Es potente, tánico, de largo postgusto.
Por algo más de 10 euros, otra referencia dentro del elenco de estos poderosos vinos.
¡Salud!
Desde Madrid nos llega el proyecto de una bodega joven (2005) pero que se ha situado en una posición de prestigio.
Es de capa muy alta y borde vivo tirando a fucsia.
En nariz, nada más descorcharlo, sorprende el impacto dulce con el que nos saluda. Lo agitamos y aparece la fruta negra acompotada. La madera es de calidad y se presenta discreta, con notas achocolatadas.
En boca es redondo, con buena acidez y un dulzor que invita a repetir. Sus taninos son aterciopelados y el postgusto, más que agradable.
Nos ha costado 20,40 €. Es una suma que se debe tener en cuenta, aunque también es cierto que se trata de un vino de producción muy corta y de gran calidad que asegura momentos muy placenteros. ¡Bravo por Licinia!
¡Salud!
Con la llegada del buen tiempo parece que el cuerpo va pidiendo vinos más refrescantes. Muy bien, nos vamos a Rueda, que siempre tiene alicientes para visitarla.
De color amarillo con matices verdosos, en nariz este Verdeo se presenta con aromas cítricos, seguidos de notas tropicales (aquí las sensaciones pueden variar según la memoria olfativa de cada uno: melocotón en almibar, concentrado de frutas tropicales...).
Lo probamos y descubrimos la presencia de carbónico en la punta de la lengua. Este chispeante inicio se continúa con un paso por boca muy suave y aromático.
En definitiva, es un vino muy bien hecho (ahí está el grupo Torres) a un precio excelente: 5, 57€ en la bodega Santa Cecilia de Madrid.
¡Salud!
Para vinoencasa volver a probar un Juan Gil, en este caso el 12 meses en barrica, es como encontrarse con un viejo amigo. Lo acogemos con gusto y nos disponemos a disfrutar de un buen rato con él.
De capa alta y tono picota, en nariz presenta, sobre todo, buena fruta madura con algún toque mineral. Es intenso y franco.
En boca resulta excelente, tiene buena acidez, un punto goloso y perfectos taninos. De paso muy aromático, deja un gran recuerdo.
Y todo esto por 9,70 €, todo un modelo de relación calidad-precio.
Sólo podemos añadir: ¡Hasta la próxima, compañero!
¡Salud!
Volvemos al viejo continente para asentarnos en la región francesa del Languedoc.
La bodega Clos Marie, fundada en 1994, nos ofrece un vino de capa alta, con tonalidad picota.
En nariz es intenso y complejo. Percibimos notas frutales (arándanos) junto a otras minerales, hierbas de monte y ahumadas, que terminan en cacao.
En boca presenta muy buena acidez, que se combina con un punto de dulzor que le hace muy apetecible. Tiene un paso muy aromático, con buenos taninos. Final largo, de aromas persistentes.
Nos ha costado 14, 30 € en Lavinia de Madrid. Muy recomendable para tratarse de un vino francés de calidad.
¡Salud!
De nuevo estamos en Chile, en este caso vamos de la mano de un syrah con una capa altísima, tirando a azabache.
En nariz presenta una concentración de aromas frutales: mango, mora en confitura, ciruela-pasa. La madera se deja sentir con notas de coco.
En boca tiene un puntito goloso que se acompaña de unos taninos muy domesticados.
Nos ha costado 10, 40 en Lavinia. Recomendable, como en el caso de los otros chilenos que hemos comentado, para ir conociendo lo que se hace por otros países, sin tener que rascarse el bolsillo en demasía.
¡Salud!
Hemos comprado un vino ecológico en la tienda de SETEM de Madrid, una ONG de comercio justo.
Nos encontramos con un vino de capa media-alta y bonito ribete violáceo.
En nariz apreciamos, al principio, un aroma que nos recuerda a la mencía y su olor a establo. Según se va oxigenando aparecen la fruta roja y, poco después, las notas a café que aporta la madera.
En boca presenta buena combinación de acidez y dulzor. El paso es ligero y aromático, sin rastro tánico.
Nos ha costado algo menos de 8 euros. Un vino destacable que cuenta con el aliciente añadido de una elaboración respetuosa con el medio y que se comercializa conforme a criterios de justicia social.
¡Salud!
Volvemos al grato mundo de los espumosos. Agustí Torelló nos ofrece este vino amarillo muy pálido de burbuja fina.
En nariz no es intenso, pero sí complejo. Percibimos aromas frutales, especialmente de manzana, florales (rosa), y hasta gomosos.
En boca es estupendo, con buena acidez y una burbuja delicada que no resulta molesta sino estimulante. Es muy aromático y largo.
Con un precio de algo menos de 10 euros resulta una más que recomendable opción para disfrutar plenamente de un vino de este tipo.
¡Salud!
Pues, a su manera, Benjamín Romeo se ha sacado de la manga este vino joven riojano.
De capa muy alta, con un vivo ribete violáceo, es intenso en nariz. Sobresale la fruta y se aprecian notas florales, como de violeta.
En boca presenta una acidez marcada que le hace muy refrescante. Buen paso por boca y agradable recuerdo.
Un vino bien hecho que permite iniciarse en el contacto con una de las máximas figuras de la enología española. No obstante, estamos ante un vino joven de casi 10€ que nos recuerda a algunos buenos maceraciones carbónicas (que cuestan la mitad). Que cada cual decida.
¡Salud!
Volvemos a Chile. Desde la región de Burdeos llegó, en el siglo XIX, la uva Carmenere. Desde hace un par de décadas esta uva se ha convertido en uno de los ejes de toda la producción chilena. Aquí va un ejemplo.
De capa alta y bonito color picota, en nariz nos deja, sobre todo, fruta roja madura. La madera no enmascara ese carácter frutal.
Muy buena boca. Acidez destacada, puntito de dulzor, paso carnoso y aromático, buenos taninos y final persistente.
Y todo por 8 euros (en Lavinia). Estupenda relación calidad-precio de un vino sencillo que no defrauda porque está bien hecho.
¡Salud!
Vino de capa media y tono cereza sin matices de envejecimiento.
Complejo en nariz. Vamos descubriendo notas resinosas, florales, tonos ahumados, bombón de licor.
En boca muestra carácter. Es un vino para degustar tranquilamente, aromático y muy largo.
Interesante propuesta la de esta bodega enclavada en el Parque Natural del Montseny, donde su microclima permite plantar variedades diversas, más propias de otras latitudes. Realizan vinos muy personales, en producciones pequeñas y buscando transmitir de la forma más natural posible la esencia del terruño.
Quizá no sea un vino para mayorías pero resulta atractivo descubrir cosas nuevas.
El precio de la botella es de 16 euros en Lavinia.¡Salud!
La bodega Juan Gil nos ofrece este vino de capa media-alta y tono rubí.
En nariz destaca la fruta roja madura, como de confitura.
En boca es potente, con acidez destacada aunque compensada con un puntito goloso. Deja un agradable y largo recuerdo.
Su precio ronda los 12 euros. Otro buen vino elaborado por esta bodega.
¡Salud!
No ha mucho tiempo que alabamos un vino de la misma bodega (Dominio Dostares), el Leione. Vamos a ver qué tal está este rosado.
