Hoy os ofrecemos una interesante visita "en vertical" a dos vinos de Raimat, elaborados con las mismas uvas, con el fin de examinar su evolución.
Las diferencias son claras desde que los observamos: el crianza presenta una capa media, mientras que el reserva es muy clarito y presenta un borde anaranjado que delata su edad.
En nariz también se aprecian: aunque ambos son poco intensos, el crianza ofrece más nitidez aromática (fruta roja -bombón de cereza con licor- y tonos avainillados de la madera). El reserva apenas ofrece alguna notas a madera tostada e incluso a barniz. Nos tememos que su mejor época ya ha pasado.
Los probamos. El crianza es algo agresivo en la entrada, demasiado ácido y tánico. Le falta afinarse en botella. Es justo lo que ofrece el reserva, que te da un tacto en boca más redondeado y agradable, aunque echamos en falta un recuerdo más aromático.
En definitiva, parece que al reserva le ha sentado mal el cambio de siglo. Tiene un precio de unos 10 euros, por lo que no lo recomendamos. El crianza no está mal. Es un vino de entre 4 y 5 euros bastante correcto, de los que acompañan una comida sin pretensiones.
¡Salud!
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