Galicia es un pequeño mundo dentro del panorama vinícola español por la multiplicidad de paisajes que ofrece.
En este caso nos vamos a un pequeño paraíso terrenal situado en las Rías Bajas, junto a la desembocadura del Miño, allá por donde se asoma Portugal.
Pues resulta que hay mucho más que albariños dentro de los blancos gallegos. La bodega Terras Gauda hace este blanco de color dorado con reflejos verdosos y todavía algunas burbujitas asomando en la copa.
En nariz nos asalta un aroma inicial a manzana que se va tornando en fruta tropical (plátano). Apreciamos también notas florales y herbáceas. Buena intensidad del conjunto.
En boca las burbujas del carbónico dejan paso a sensaciones agradables, con una acidez que se combina con un toque dulzón y untuoso. Es aromático y persistente.
Un vino bien hecho que cuesta en torno a los 12 euros.
¡Salud!
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