Nos vamos a Asturias, región poco vinícola pero que también cuenta con sus hectáreas de viñedo. En ellas encontramos variedades como la carrasquín, la verdejo negro y la albarín negra. En el caso del Monasterio de Corias estas uvas se suman a la mencía para dar lugar a un vino de capa baja (hay rosados más cubiertos), que en nariz ofrece poca intensidad. Hay frutillos rojos y un tono mineral procedente de las cepas viejas.
En boca destaca por su acidez y tiene un paso muy ligero.
El Corias guilfa, elaborado con verdejo negro y carrasquín, aparece como Vino de Calidad de Cangas (el anterior como Vino de la Tierra de Cangas). Tiene algo más de capa y en nariz muestra, junto a la mineralidad del anterior, unas notas ahumadas de la madera.
En boca muestra mayor estructura. Tiene un grado más de alcohol (13%) y mayor tanino.
Nos han costado 5,90 y 7,95 en un hipermercado Alcampo.
Se trata de vinos básicamente ácidos, atlánticos según leemos en alguna publicación, que cuentan con el atractivo de lo diferente. Nos han maridado muy bien con pescado a la plancha y marisco, porque la acidez limpia muy bien el paladar y las notas dulces se acentúan en contacto con los productos del mar.
¡Salud!
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