Para celebrar nuestro segundo aniversario traemos un ejemplar de un tipo de vino que teníamos bastante descuidado y que quizá sea, junto a los oportos, la mayor contribución peninsular al patrimonio vinícola mundial. Así que hacemos propósito de enmienda para el futuro y nos comprometemos a viajar por el amplio abanico de los vinos jerezanos.
Nos gusta mucho su color miel. Al olerlo entramos en una dimensión distinta. Gran intensidad y aromas agradables a almendra amarga, pasa, caramelo tostado y yodo. Una delicia.
En boca se presenta con una punta golosa, buena acidez (necesaria para compensar los 20 grados de alcohol que tiene) y un maravilloso tacto sedoso. Por vía retronasal se perciben aromas a fruto seco, a nuez.
Un último apunte: un final larguísimo, eterno.
Esta delicia nos costó 9 euros en La Tintorería de Madrid. Un precio estupendo para darse un homenaje con este Gobernador.
¡Salud y a por otro año!
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