Una
denominación italiana que hemos descubierto recientemente es la DOCG
Gavi, a la que pertenece este vino blanco de color amarillo limón
con reflejos verdosos.
Entre
sus aromas encontramos notas cítricas y herbáceas (heno, camomila,
flores silvestres). En boca, notamos un poquito de carbónico en la
entrada. Tiene un buen equilibrio entre acidez y untuosidad, producto
de un buen trabajo con las lías.
Este
punto graso acentúa su dulzor, aunque el vino resulta muy fresco. Al
final, apreciamos un ligero amargor. Es muy largo. En el posgusto
quedan los recuerdos cítricos. Nos costó 45€ en el restaurante
Kipling de Turín.
¡Salud!
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