EN INSTAGRAM

Sígueme también en Instagram

domingo, 5 de agosto de 2012

CASAL DE PAULA 2008. Treixadura, torrontés y albariño. Ribeiro. España.

La página web de la DO Ribeiro nos informa de que en esta denominación podemos encontrar dos modelos de producción: las adegas y los colleiteiros. La diferencia entre ambas radica, principalmente, en el tamaño y en la propiedad de los viñedos. Así, mientras que la primera es una empresa de gran volumen de producción que puede pertenecer a uno o varios socios que no necesariamente elaboran vino a partir de sus propias uvas, sino que pueden comprarlas a otros viticultores; los colleiteiros, en cambio, tienen una producción más pequeña (no más de 60000 l. al año) y solo hacen vino de las uvas de las parcelas de su propiedad. Pues bien, el Casal de Paula que tremos hoy a Vinoencasa se trata de un vino de colleiteiro, concretamente de Emilio Docampo Diéguez. Está elaborado a partir de las variedades treixadura (75%), torrontés (15%) y albariño (10%).
A la vista aparece con color amarillo limón con irisaciones doradas. Al agitar se observa que en el cristal de la copa se forma una densa lágrima que resbala lentamente. En nariz dominan en un principio las notas herbáceas (heno, paja, hinojo). Hemos servido el vino un poco frío, por lo que esperamos unos momentos a que tome algunos grados. Ahora es cuando se aprecia la fruta (cítricos, melocotón) y el aroma de flores blancas (jazmín). Aún así, no se trata de un vino esencialmente frutal, pues además de las notas herbáceas también hay una clara mineralidad (polvo, tierra mojada, fósforo). Según pasa el tiempo van siendo más evidentes las notas de las lías (miga de pan, pan recién hecho) y olores más dulzones (azúcar morena, panela).
En boca, en la entrada sorprende su sequedad. No es un vino amable ni golosón. Pensamos en esos albariños o verdejos que se pueden comprar en las grandes superficies por poco más de un euro que saben (y huelen) a biofrutas de Pascual. Qué va: es un vino en el que destaca su acidez (y tiene ya casi cuatro años), la densidad en el paso por boca, su mineralidad, que se nota en la ligera salinidad que se percibe en el centro de la lengua; y un ligero amargor final. En el posgusto aparecen recuerdos lácteos (queso de cabra). El gusto permanece largo rato por su acidez y por su untuosidad, que da la sensación de que se ha quedado impregnado en el paladar. 
Un vino muy interesante este Casal de Paula. Si el primer trago sorprende y obliga a concentrarse, los siguientes son un auténtico disfrute porque no cansan. Tiene una complejidad que hace muy divertido su degustación pues en cada copa se descubren  aspectos nuevos.
Nos costó algo menos de 8€ en la vinoteca La herencia de Baco, de El Ferrol.
¡Salud!

No hay comentarios:

Publicar un comentario