A cualquiera que haya visitado algunas de las bodegas de Oporto lo primero que le han contado, seguro, es que sus famosos vinos no se hacen allí, sino ciento y pico kilómetros hacia el este, Duero arriba. Allí es donde se encuentran los viñedos y las bodegas (las quintas) donde se hace el vino. Después se baja a Oporto, más en concreto, a Vilanova de Gaia, donde realiza la crianza. Bien, pues en esta zona portuguesa del Duero que abarca desde la frontera con España hasta algo más de la mitad de su recorrido hacia el Atlántico, también se elaboran vinos bajo la denominación Douro, como este que hoy traemos a Vinoencasa.
Aparece en la copa con una capa media-baja color rojo cereza, con ribete amarronado. En nariz ofrece aún, a pesar de su edad, mucha fruta roja (frambuesa), acompañada de aromas herbáceos (hojarasca), un ligero tostado, mineralidad (grafito) y notas especiadas (canela). Con el tiempo aparecen los olores de la crianza en forma de maderas viejas (bodega, humedad, moho). En boca conserva todavía muy buena acidez, junto con una fruta en sazón aún muy presente. Los taninos se notan, pero ya están muy suavizados. Podríamos hablar aquí de que son taninos dulces. Deja muy buen recuerdo.
Nos ha gustado porque se trata de un vino equilibrado donde la madera no está en primer plano y el alcohol, solo 12,5%, no se nota nada. Nos costó unos 18€ en el Instituto dos Vinhos do Douro e Porto, de Oporto.
¡Salud!
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