Del océano vinícola bordelés (la segunda región vinícola del mundo, con más de 50 denominaciones) recogemos esta botella acogida a la denominación genérica de Burdeos y que es el fruto del ensamblaje de diversas parcelas repartidas por algunas de las mejores zonas de la región (como Medoc, Graves o Fronsac).
En nariz nos ha mostrado fruta roja madura y negra, notas especiadas, y un fondo ahumado y de café procedente de su crianza en madera.
En boca ha sido muy agradable, fresco merced a su buena acidez, con equilibrio. Los taninos están en su punto.
Es un vino "rectilíneo" que va directo al fondo del paladar, donde deja un ligero amargor que llama la atención. Está en un momento de consumo óptimo.
Nos costó poco más de 10€ en la Vinoteca Tierra, de Madrid.
¡Salud!
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