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miércoles, 5 de agosto de 2009

ABADÍA RETUERTA CRIANZA 2003. Tempranillo y syrah. Ribera del Duero. España.


Volvemos a Ribera del Duero. En este caso es muy probable que estemos probando un vino que ya haya superado su momento óptimo de consumo. Seguro que os ha ocurrido en alguna ocasión que en el momento de hacer recuento de las botellas de que disponéis encontráis una que os hace exclamar: "¿y esta botella qué hace aquí?". Pues eso, que hay que abrirla inmediatamente y evitar que pase más tiempo almacenada.
Por eso, lo interesante sería comparar esta nota de cata que viene a continuación, con otra de un Abadía Retuerta crianza del 2005, por ejemplo.
En la copa presenta una capa media, con un ribete anaranjado claramente evolucionado. ¡Ojo, no estamos probando un reserva!
En nariz, a copa parada, destaca la madera, con tonos ahumados, de especias (nuez moscada y pimienta) y de cuero. Pero, tras agitar, aparece un olor de pimiento asado muy interesante. La fruta tarda en aparecer y lo hace con mucha discreción.
Al probarlo el paso es muy ligero, con unos taninos muy discretos que uno esperaría algo más presentes y con un recuerdo corto. Nada más.
Este vino ha debido de estar algo más bueno en su juventud, pero ahora no se le puede pedir que nos enamore.
¡Salud!

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