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viernes, 22 de enero de 2010

EL NIDO 2002. Jumilla. España.

Vinoencasa se monta en un Ferrari. Probamos uno de los vinos mejor puntuados en todas las clasificaciones especializadas. ¿Responderá a las expectativas?
Lo abrimos y, una vez en la copa, observamos que tiene una capa altísima y un ribete ciertamente evolucionado: un bonito color teja. Es muy glicérico, con lágrimas que resbalan densamente por las paredes, como si se tratara de un vino generoso (tiene 15.5% de alcohol).
En nariz, lo primero que nos ofrece son notas ahumadas y, sobre todo, de chocolate y vainilla. Tras agitar la copa, se asoma la fruta madura, la confitura, acompañada de aromas balsámicos.
Lo probamos. Ahora aparece el Ferrari: potencia desde el primer trago. Pero tras el acelerón de la entrada en boca, descubrimos todos los matices que nos regala. Es muy complejo: goloso, tánico, pero aterciopelado por el toque untuoso del alcohol y muy aromático. Exquisita concentración de virtudes. La boca está en plena excitación y las sensaciones se perpetúan en un posgusto eterno.
Como Ferrari que es, no es un vehículo al alcance de todos, ni para todos los días. Lo hemos conseguido, de oferta, en la bodega Santa Cecilia de Madrid, por 72€.
En estos niveles de precio, es difícil decir si este desembolso ha merecido la pena. Depende de cada uno. Para nosotros sí lo ha merecido, por lo que os animamos a probarlo.
¡Salud!

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