Tras la fallida experiencia del vino anterior, damos otra oportunidad a un vino de Joaquín Gálvez (al fin y al cabo, él no tiene la culpa de que una botella envejezca mal).
Pues bien, la filosofía de este Atiza es la de reivindicar el vino de mesa tradicional, buen acompañante de una buena comida. Para ello, Gálvez ha utilizado uvas de Murcia (¿monastrell?) y ha elaborado el caldo en las bodegas de Jesús Díaz en Colmenar de Oreja, en Madrid.
Mantiene capa alta y el paso de los años se aprecia, sin alarmar, en un borde algo anaranjado.
En nariz hay buena conjunción de aromas frutales (fruta muy madura) y procedentes de la madera (bombón de licor, sobre todo).
Con cierta precaución lo llevamos a la boca... y está en buen estado. De entrada y paso potente, nos atiza bien la lengua y el paladar, con su acidez y sus viriles taninos, acompañados de agradable aroma. Sí señor, un vino con carácter. Nos alegra probar algo, que no será una maravilla de equilibrio y ortodoxia, pero deja una buena impronta.
Nos ha costado, de oferta, 8 euros en Santa Cecilia de Madrid.
¡Salud!
Me ha sorprendido leer, gratamente, este comentario. Este vino Atiza, lo hice con la intención de que se vendiera por copas a un precio razonable y me parece extraordinario que haya aguantado tan dignamente el paso de 10 años
ResponderEliminar¡Salud¡
Joaquín Gálvez