Hace unos meses lo probamos y no quedamos muy satisfechos. Pero la confianza que tenemos en el trabajo de Mariano García y sus hijos nos ha llevado a insistir. Hemos dejado este vino en la vinoteca medio añito más para que evolucionara y se domase un poco. Pasemos a ver el resultado.
Mantiene la capa altísima y, en nariz, nos encontramos rápidamente con aromas muy familiares dentro de lo que ofrece Mauro: por un lado, la fruta madura, y, por otro, esa madera de calidad, medianamente tostada, que le aporta elegancia: aromas a caja de puros, a bombón de licor, a café.
En boca... sí, ha evolucionado a mejor. Es potente, con acidez destacada pero compensada con un punto goloso. Vino poderoso, con buenos taninos y extracto que te hace chasquear la lengua (de satisfacción). Muy aromático y con buen recuerdo.
La espera ha merecido la pena.
¡Salud!
APOSTILLA
Nueva prueba: teníamos otra botella que hemos probado unas semanas después. ¿Qué añadir a lo anteriormente dicho? Pues que es maravilloso. Esta vez nos ha inundado un aroma a coco que nos ha transportado a lugares muy gratos. Está redondo en boca y es un auténtico disfrute.
Nos costó algo menos de 20€ en bodega.
¡Salud!
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