Dionisos, dios del vino, con su temperamento juguetón, nos ha hecho un regalo.
Resulta que vamos a un restaurante de la provincia de Palencia, en Santa María de Mave, pedimos un vino, no lo tienen y solicitamos el Calzadilla, que ya está comentado en nuestro blog. Pensábamos en una añada posterior, pero nos trajeron este vino del siglo XX, las botellas 4041 y 4095.
El tapón estaba un poco deteriorado, pero no el contenido. He aquí el regalo.
De capa altísima, casi azabache, nos llena de aroma a fruta madura nada más abrirlo. Sorprende que mantenga tanta intensidad. A la fruta se irán sumando notas balsámicas (eucalipto), especias (pimienta), minerales y hasta florales. Agradable sorpresa.
Lo probamos. Estamos ante un vino redondo, perfecto, con acidez y dulzor, con taninos que apenas se aprecian, con extracto...
Absolutamente delicioso. ¡Qué lástima que estas añadas no se puedan encontrar en tiendas! Estos son los vinos que trascienden de lo gastronómico para entrar en el terreno de lo mítico.
Gracias, Nacho, por ofrecérnoslo.
¡Salud!
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