Amarillo pálido con reflejos verdosos; no es muy intenso en nariz, aunque despliega buenos aromas frutales y florales. Domina lo tropical (piña, mango, lichis). También percibimos un ligero tono gomoso, de caucho, que no molesta.
En boca apreciamos su buena carga de carbónico que picotea en la lengua. Tiene una acidez destacable, que se combina con un punto goloso y un tacto untuoso. Su final es largo y agradable.
Un vino fácil de beber, hecho con uvas de agricultura biológica, que nos costó en un hipermercado Leclerc de Francia menos de 10€.
¡Salud!
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