De color dorado pálido, con reflejos verdosos de juventud; en nariz resulta complejo. Muy interesante. Apreciamos notas minerales, de hierbas aromáticas, de fruta que tira hacia lo tropical y de pan tostado o mazapán. La madera está muy bien ensamblada con la fruta.
En boca resulta excelente, con acidez y dulzor bien integrados, paso untuoso (14% de alcohol que no se percibe), aterciopelado y final más que agradable y largo.
Desde luego es un vino muy bien hecho que se puede disfrutar plenamente sin necesidad de acompañarlo con comida.
Nos ha costado 13,40 en Lavinia Madrid.
¡Salud!
REPETIMOS
Trece meses después, tras la correspondiente guarda en nuestra vinoteca, lo volvemos a probar. Sigue estupendo. En nariz destacamos sus notas minerales, también de hidrocarburo y de frutos secos (pipas de girasol). En boca nos seguimos sorprendiendo por su acidez fantástica, que le hace resultar fresco pese al volumen alcohólico que tiene.
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