Entre los pequeños tesoros que nos trajimos de nuestra visita al Priorato-Montsant se encuentra esta botella que pudimos conquistar en casa de René Barbier. Un vino especial.
Es de capa media-alta y tiene el ribete vivo tirando a fucsia.
En nariz es sutil. No estalla en sinfonía de aromas, sino que se ofrece suavemente con notas de fruta roja, un fondo mineral-terroso, apuntes de hierbas aromáticas (romero) y una delicadísima madera que aparece muy al final con notas de café y vainilla.
En boca resulta uno de esos vinos para degustar durante horas: antes, durante y después de las comidas. Excelente acidez, armonizada con el dulzor de la fruta; paso muy amable y un final larguísimo.
En cuanto al precio, en internet hemos encontrado una referencia (no sabemos si del todo actualizada y realista) de 22 euros. Si es así, y teniendo en cuenta que se trata de una magnum, estamos ante una relación calidad-precio excelente, ya que estamos ante uno de esos vinos que tiene la sencilla perfección de los que se recuerdan.
¡Salud!
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