No sabíamos nada de este tipo de uva y nos resultó muy atractivo poder probar algo nuevo y distinto. Procede de la Rioja Alta. Aquí las Bodegas Juan Carlos Sancha se han lanzado a la aventura de recuperar variedades en peligro de extinción. En este caso probamos la Maturana Tinta.
El vino en cuestión se muestra con capa alta y ribete violáceo.
En nariz nos sorprenden, en el arranque, notas animales, quizá de reducción. Hay mineralidad y cierta complejidad. Según se va abriendo aparecen notas de fruta negra y especias.
En boca muestra buena acidez y unos taninos que no molestan. Tiene carácter sin ser agresivo, dejando una buena sensación de conjunto.
Un vino interesante de probar porque resulta una apuesta valerosa en estos tiempos que corren.
Nos costó algo más de 10 euros en la Vinoteca Tierra, de Madrid.
¡Salud!
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