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martes, 26 de julio de 2011

LA PARADOJA FRANCESA, POR JAVIER GILA

Contamos con una nueva aportación del prestigioso sumiller y consultor vinícola Javier Gila, que nos ha hecho llegar unos apuntes sobre los beneficios del vino. Se ejemplifican con el caso francés -el país de la mantequilla, la nata y el foie- que cuenta con una población cuya salud cardiovascular parece ser excelente. El vino tiene mucho que ver en esa paradoja. Esperamos que sea de vuestro agrado.
¡Salud!


LA PARADOJA FRANCESA

Beber -moderadamente- vino tinto reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, según han constatado muchos estudios epidemiológicos. Pero investigadores franceses han aportado recientemente la primera explicación del mecanismo molecular de esta protección proveniente de los polifenoles del vino. El equipo de investigadores del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (INSERM-Universidad de Angers) ha descubierto el mecanismo molecular por el que los polifenoles del vino tinto llevan a las células de las paredes arteriales a producir óxido nítrico (NO), un vasodilatador, según el trabajo publicado en la revista científica estadounidense 'PLoS ONE'.
Diversos estudios, incluidos los del equipo de Angers, habían descubierto ya que los polifenoles del vino eran responsables de un efecto vasodilatador a través de la producción de monóxido de carbono por las células "endoteliales" que recubren la pared interna de los vasos sanguíneos. Quedaba por descubrir la manera de desencadenar la producción de óxido nítrico.

El mecanismo ahora explicado pasa a través de uno de los receptores de las hormonas de estrógeno de las células de la pared vascular, el subtipo alfa, que une las moléculas de polifenoles. Bajo el efecto de los estrógenos, las mujeres tienen un menor riesgo cardíaco antes de la menopausia, y estos efectos beneficiosos de los estrógenos pasan por este tipo de receptor, ha dicho a la AFP uno de los autores, Matthieu Chalopin. De ahí la idea, según explica, de explorarlo en los ratones.

Ramaroson Andriantsitohaina y su equipo partieron, pues, del supuesto de que un polifenol, la delfinidina, activador del receptor, bastaría para desencadenar la producción de óxido nítrico en las células endoteliales y rebajar así la presión arterial.

En efecto, los polifenoles del vino tinto producen una disminución en la presión sanguínea en ratones con el receptor ERalpha, pero no inducen a ninguna "relajación vascular" en los ratones que no lo tienen. Ello prueba que los beneficios para la flexibilidad de las arterias de los polifenoles requieren la presencia de ese receptor de estrógeno.

Para completar la demostración, los investigadores también demuestran que un medicamento contra el cáncer (el Fulvestrant), un inhibidor de este receptor, bloquea cualquier producción de óxido nítrico por las células vasculares, lo que dificulta la capacidad de las arterias de dilatarse.

Este descubrimiento, además de la explicación científica de 'la paradoja francesa' (hay menos infartos en el suroeste de Francia, cuya dieta incluye bastantes grasas, a través del 'foie-gras' y el confit de pato, y el vino) abre nuevas vías sobre "el potencial terapéutico de los polifenoles contra las enfermedades cardiovasculares", según los investigadores.

Javier Gila

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