Hace algunas semanas volvimos a la vinoteca Tierra, de Madrid, para aprovisionarnos de vino. Allí nuestro querido Carlos nos recomendó este Montsant como el producto de mejor relación calidad-precio de una bodega, Celler Dosterras, que está haciendo un muy buen trabajo. Carlos nos contó que esta bodega hace un vino top de garnacha, el Dosterras, con la mejor uva de sus viñas, que sale por unos 20 € y que está muy bueno (prometemos probarlo y colgar la nota de cata en el blog); y con el resto de la garnacha, más un porcentaje menor de cariñena (que en Cataluña se denomina samsó), elaboran este Vespres, que es el que ahora comentamos.
En la copa aparece vestido con una capa alta, tono picota, y un bonito ribete remolacha muy vivo. Como curiosidad, hacemos notar que es de esos vinos que dejan en la copa una lágrima muy densa que tinta la copa.
Es intenso en aromas frutales desde el principio. Aromas de fruta muy madura (ciruela pasa), que viene acompañada de maderas nuevas (cedro), notas balsámicas (hierbas de monte) y licorosas (cereza en licor o kirsch), y regaliz. Todo ello va acompañado de un fondo mineral (polvo del camino), que aparece con mayor intensidad según pasa el tiempo.
En boca hay mucha, mucha fruta. La entrada es golosa, pero inmediatamente se equilibra con una buena acidez, que permanecerá aún durante un buen rato. No es un vino de trago fácil, pues tiene unos taninos marcados, con algo de astringencia en encías y lengua, que a lo mejor con algunos meses más en botella puede que se afinen. En el posgusto se aprecian recuerdos balsámicos (de menta o after-eight).
En conclusión, destacamos que se trata de un buen vino en el que la crianza en madera - ocho meses en roble francés, que no vienen indicados en la etiqueta - no se sobrepone a la buena fruta, que es lo que más destaca en él. Y además, su precio es estupendo pues nos costó unos 10 €.
¡Salud!
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