De color amarillo, con matices verdosos, en nariz nos ofrece con nitidez lo que esperamos: los aires yodados del atlántico sanluqueño. También notas almendradas y matices herbáceos.
En boca el mar llega a través de la estimulación salada que se percibe en la lengua. El retrogusto, los aromas que llegan desde la boca hacia la nariz, nos ofrece también las almendras. Resulta un vino suave, con densidad muy correcta y larguísimo.
Este tipo de vinos no se pueden perder; hay que probarlos, entenderlos y disfrutarlos. Además su precio es muy atractivo ( 9 € en Lavinia).
¡Salud!
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