Después de catar el Oloroso, vamos con el Pedro Ximénez de Bodegas Robles. Recordemos que estamos ante la línea Piedra Luenga, que está certificada como ecológica.
Acostumbrados a colores muy oscuros, nos ha sorprendido que es de color castaño, con un ribete pistacho.
También nos ha llamado la atención su olor. No es la pasa que esperábamos. Está ahí, pero con discreción. Hay complejidad: carne de membrillo, dátiles, miel, yema tostada, café y notas cítricas, de naranja.
Lo probamos. Espectacular. De gran densidad (cosa que también nos sorprende, porque uno asocia inconscientemente la capa con la densidad); resulta muy aromático, sobresaliendo el aroma a azúcar morena o tostada. Tiene la virtud de no resultar nada pesado; el alcohol (15%) pasa desapercibido.
Un vino delicioso a menos de 10 euros.
¡Salud!
REPETIMOS:
Un año después nos hemos tomado otra botella. Confirmamos todo lo anterior. Es una pequeña exquisitez, llena de sutilidad, que acaricia el paladar. Muy recomendable.
REPETIMOS, OTRA VEZ:
Algo que está tan bueno debe ser probado con asiduidad. Esta vez nos quedamos con sus notas de naranja confitada (que surgen de una fermentación inicial de la Pedro Ximénez), en nariz, y con las sensaciones en boca: resulta un vino nada pesado, aromático, delicioso.
REPETIMOS, OTRA VEZ:
Algo que está tan bueno debe ser probado con asiduidad. Esta vez nos quedamos con sus notas de naranja confitada (que surgen de una fermentación inicial de la Pedro Ximénez), en nariz, y con las sensaciones en boca: resulta un vino nada pesado, aromático, delicioso.
¡Salud!
No hay comentarios:
Publicar un comentario