Tras haber probado el rosado, pasamos al joven de la bodega Don Juan del Águila. De color picota, en nariz hemos ido descubriendo cosas interesantes. Empezamos con una fruta roja madura de recuerdos muy dulces. También 
apreciamos recuerdos minerales y, pasado un poco de tiempo, aromas de matorral aromático de monte.En boca, desde su modestia de vino de cooperativa, muestra buena elaboración. Sus 14 grados de alcohol se notan, aportando untuosidad y contundencia, carácter mediterráneo a este joven, aunque también refuerzan las sensaciones frutales dulces. La acidez compensa bastante bien este aspecto,
aunque el vino se disfruta más con un puntito de frescor.Hay un aire de familia entre el rosado y éste; no son vinos "sencillitos"; tienen virtudes, como su frutosidad y su carácter, y una excelente relación calidad-precio. Éste nos costó 3,70 € en la Enoteca Barolo, de Madrid.
¡Salud!
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