Volvemos a traer otro Borgoña genérico (el último fue el Méo-Camuzet 2008) y volvemos a recordar que estos vinos, los únicos que llevan la denominación "Bourgogne" en la etiqueta, representan el escalón más básico en la clasificación. La mayoría pueden provenir de uvas de diferentes parcelas, aunque en el caso de este que comentamos hoy no ocurre así. La bodega Domaine Simon Bize et Fils elabora este blanco con las cepas de chardonnay de una única finca -Les Perrières- enclavada en el municipio de Savigny-les-Beaune en la Côte d´Or.
En la copa aparece de color oro brillante, con ribete acerado. Intenso en nariz, ofrece inmediatamente muchas notas especiadas (nuez moscada, canela, jengibre). Después de agitar aparece la fruta (melón maduro, piña) y matices herbáceos anisados (hinojo). Nos sorprende, con el paso del tiempo, la evolución olfativa de este vino, pues poco a poco los aromas de la madera van cobrando mayor protagonismo. Después de una hora, oler la copa es como meter la nariz en la caja de galletas Fontaneda.
En boca se muestra como el Borgoña que es: excelente acidez, volumen, paso graso y permanencia en el paladar. Con el tiempo también notamos que en el retrogusto es cada vez más evidente el recuerdo del caramelo (flan). Nos costó algo menos de 20€.
¡Salud!
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