Después de haber visitado la bodega ubicada en la Axarquía malagueña (y casi de inaugurarla), la lógica imponía probar el vino, la elaboración personal, el modesto sueño, de Lauren Rosillo.
Recordemos que se trata de un vino"de finca", de la pequeña finca que Lauren compró hace pocos años, y en la que se encuentran cepas viejas, especialmente de la variedad romé.
Lo probamos. En nariz, dándole el tiempo necesario, va ofreciendo sus matices: fruta roja, flores (rosa), hierbas, recuerdos especiados, y unas notas terrosas más que interesantes.
En boca se muestra, como podemos leer en la etiqueta, como un vino mediterráneo de montaña; esto es, no estamos ante un vino con carga alcohólica generosa, con mucha fruta acompotada, propia de las elaboraciones que se impusieron en los últimos tiempos (en el arco Mediterráneo, y en otras regiones -y países-). No, este vino busca la frescura, la ligereza.
Destaca su acidez, y hay también notas salinas. Los taninos están ya en un punto de redondez que hacen agradable al conjunto.
Intuimos que Lauren tiene en mente mejorar este vino, es normal el inconformismo, el perfeccionismo de los viticultores; en todo caso, y para tratarse de la segunda experiencia de Sedella, estamos ante un buen vino, original, y escasísimo.
Nos costó algo menos de 20€ en una tienda de comestibles del centro de la capital malacitana.
¡Salud!
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