Probamos hoy un vino de una de las denominaciones que componen el mosaico borgoñón: Vire-Clessé. Nos acercamos a Mersault, donde está la bodega "Les hèriteurs du comte Lafon", que cuenta con 16 hectáreas repartidas en cuatro comunas: Volnay, Mersault, Chassagne-Montrachet, y Monthélie. Como muchas otras, han ido evolucionando hacia principios de agricultura ecológica primero, y biodinámica, después.
Pues bien, vamos con este blanco de color dorado con matices verdosos.
En nariz, con intensidad, aparecen desde el principio notas minerales, herbáceas y florales, acompañadas de recuerdos cítricos. Pasado el tiempo se advierten notas a tofe, a vainilla, procedentes de las barricas viejas en las que se ha criado.
En boca es de esos vinos que enamoran al primer trago; la acidez, combinada con la untuosidad, crean la base de un vino envolvente, sabroso, que invita a repetir.
Deja un recuerdo largo, donde está presente la mineralidad, la acidez y un punto de amargor delicado.
Un vino delicioso que nos costó, eso sí, 21,90 € en Lavinia.
¡Salud!
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