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miércoles, 21 de enero de 2015

CASAR DE SANTA INÉS 2-9. Merlot (84%), pinot noir (9%) y tempranillo. España.

Presentamos hoy un vino de una bodega, Pérez Caramés, que conocemos bien (El vino de los cónsules de Roma, Casar blanco, Casar tinto, Casar de Valdaiga, y los que nos quedan...), y a la que estimamos por su compromiso. Compromiso de calidad y de honestidad, de amor por el vino como expresión de una tierra, la que rodea Villafranca del Bierzo. 
De capa alta y color corinto, en nariz nos ofrece notas de fruta roja, bombón de licor, ciruela pasa, y notas campestres, terrosas.
En boca, la entrada es dulce, dando paso a una estructura poderosa, con acidez, alcohol y tanicidad robustos y equilibrados. Cuando decimos esto no nos referimos a un estilo que ha tenido mucho predicamento en los últimos años, consistente en aunar unas uvas muy maduras con mucha barrica (combinación que nos ha provocado más de un hercúleo esfuerzo para poder trasegar el caldo) .
No, aquí no hay barrica, la estructura proviene de las uvas, su particular maduración ese año, y la interpretación que han desarrollado los creadores del vino.  Y eso le da una viveza muy atractiva. Con esa estructura auguramos mucha longevidad a este Casar de Santa Inés 2-9 . 
Es un vino para tomar con calma, para degustarlo y disfrutarlo mientras, por ejemplo, descubrimos algunos de sus secretos. Como el de su particular fermentación. Un depósito con la merlot sola, y otro con las tres variedades juntas (cofermentación). La pinot provino de una parcela de la que se utilizó solo la uva que maduró más tarde,  y la pizca de tempranillo, de viñas jóvenes, para dar acidez. 
Este aspecto es muy importante, porque los 15 grados de alcohol quedan equilibrados. Después se hizo la fermentación maloláctica y a la botella, sin manipulaciones (nada de estabilización, clarificación, filtrado...), como es norma de la casa.

Nos cuenta Pablo una historia bonita en relación a este vino. Acababa de nacer Marta, su segunda hija, Noelia, su mujer y enóloga, la amamantó entre viñedos y bodega; marcando esta circunstancia el ritmo de los trabajos. M de merlot, M de Marta.

No es un vino fácil; requiere desnudarse de prejuicios y querer descubrir, aprender, aventurarse por los múltiples caminos del vino; eso sí, tiene premio.
Y todo esto por menos de 10 €.
¡Salud!


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