En septiembre catamos la novedad, la añada 2019 en primicia. Hoy traemos la anterior. En nariz ofrece una combinación de notas vegetales y frutales, y un fondo mineral interesante.
En boca destaca por su acidez, afilada; parece más francés (o europeo del norte) que español. El trabajo con las lías le aporta una untuosidad que contrasta con la anterior. Se percibe también cierta salinidad.
Desde luego, es una suerte poder probar dos añadas distintas en tan poco tiempo. La 2018 resulta fresca, menos esplendorosa pero más profunda y mineral que la 2019, más cálida y perfumada (reflejo de un verano más caluroso). Ejercicio de honestidad y de diversidad.
¡Salud!
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