Otra de las bodegas de referencia en el Priorat es Mas Martinet, fundada por José Luis Pérez. Este biólogo de vocación ya setentón, pero con mucha marcha todavía (ahí están sus proyectos de hacer vino en Suecia o en el desierto egipcio), puso sus conocimientos científicos al servicio del vino. Su hija Sara, casada con René Barbier hijo (bonita historia de amor, tipo saga familiar Falcon Crest, pero con buen rollo y mucha humildad), continua su labor (al tiempo que despliega su talento en otros proyectos).
En nuestra reciente visita a la bodega y a sus viñedos (acompañados por Magi y Gema -gracias Magi por la atención exquisita-) pudimos comprar algunas añadas antiguas, que suelen ser motivo de enormes satisfacciones. Es una pena que no se pueda tener la misma facilidad con la mayoría de los vinos españoles (en las tiendas solo podemos comprar añadas muy recientes y no todos podemos permitirnos su guarda).
Entrando en materia, este Martinet Bru, el vino de precio más asequible que tiene la bodega, elaborado con una mezcla de variedades entre las que están la garnacha, la cariñena y la cabernet sauvignon, muestra ya los tonos rojizos, pero vivos, de la edad.
En nariz nos sorprendió gratamente. Mucha frambuesa, junto a un fondo mineral y un toque especiado elegante, como de clavo.
En boca disfrutamos de un vino redondo, sin aspereza de ningún tipo, sin obstáculos al placer sensorial. Un vino que bebimos con facilidad, suavemente, disfrutando de su finura. Así de sencillo.
Y además nos costó menos de 20 euros.
¡Salud!
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