La bodega Rotllan Torra, situada en la parte más fresca del Priorat, tiene en este Tirant a su buque insignia. Una combinación de garnacha y cariñena viejas (25% de cada), junto a las variedades "mejorantes" que se plantaron en su día buscando reconocimiento internacional, son la base de su elaboración, junto a la crianza en barricas francesas.
Es un vino de capa muy alta y oscura, con un ribete rosado vivo que indica buena salud.
En nariz encontramos un fondo de fruta madura junto a matices minerales y de hierbas aromáticas o resina de pino. Con el tiempo se asoman notas de café.
En boca resulta un vino potente, pero en demasía; una versión barroquizada de un vino del Priorato. Muchísima acidez, mucho alcohol y unos taninos secantes nada agradables. Hay un paso por boca áspero. Afortunadamente no deja mal recuerdo.
Lo peor de todo es su precio, 35 euros en bodega. Probablemente se salve al maridar con una comida contundente que compita en músculo con el vino, pero, para nosotros, está muy lejos del equilibrio y la redondez que debe tener un buen vino.
¡Salud!
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