Probamos el último de los vinos naturales de Laureano Serres que nos trajimos de su bodega Mendall situada en Pinell de Brai (Terra Alta, Tarragona).
Presenta una capa alta, con ribete fucsia. Como los otros vinos de la casa, se aprecia en la copa esa cierta turbidez propia de un vino que no ha sido filtrado.
En nariz aparecen inmediatamente aromas de fruta roja madura con tonos dulces, como de carne de membrillo.
En boca no resulta tan amable. La acidez destaca demasiado y el conjunto queda desequilibrado. Además, los taninos están en punta y se aprecian restos de carbónico. No es el mejor de los vinos de Mendall que hemos probado. Ha habido otros que nos han gustado mucho más.
En cuanto al precio, Laureano lo vende en su bodega a 10 €.
¡Salud!
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