Como indicamos en una entrada anterior, queremos abrirnos al maravilloso mundo de los destilados. Tras la cata de armagnacs que presentamos hace algunas fechas, pasamos al brandy. En nuestra reciente visita a Jerez de la Frontera estuvimos en la bodega que presume de ser la más antigua, la de Pedro Domecq.
Merece la pena pasear brevemente por esta instalación centenaria para contemplar sus muros renegridos y el enorme parque de barricas que ven pasar el tiempo.
Allí podemos encontrar, desde botas reservadas a miembros de la familia real, a un conjunto de firmas de gente más o menos famosa (por ejemplo, Alexander Fleming).
En cuanto al brandy que traemos hasta aquí, se trata del más alto de la gama. Se trata de un Solera Gran Reserva que tiene un color a caramelo tostado, mientras que los tonos verdosos de su ribete muestran su vejez.
En nariz aparecen muy pronto notas a uva pasa, a caramelo tostado, chocolate, café y naranja confitada.
Las notas dulzonas detectadas en nariz se repiten en boca, donde predomina el dulce. No obstante se nota una sensación ardiente que desluce el conjunto.
Su precio supera los 30 euros en la propia bodega.
¡Salud!
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