Desde el Bierzo se presenta un vino singular. Nace en la Bodega Mas Asturias, un proyecto muy personal y muy pequeñito. Apenas 6 hectáreas de viñedo, pero del bueno, con cepas de 60 años. Lo hemos conocido en una vinoteca madrileña: Vinoteca Tierra, situada en la calle Ronda de Segovia, 7. Allí nos atendió Alfonso Miró, uno de los dos socios. Nuestra querida Pili, sumiller de La Romana, nos habló de ella y no nos lo pensamos dos veces. Se trata de un local pequeño, pero lleno de lo esencial: buen vino.
En cuanto a este Massuria, se presenta con capa alta y ribete violáceo.
En nariz comienza mostrando sensaciones muy buenas, prometedoras. Mineralidad, bien acompañada por fruta roja en abundancia, sin sobremaduración. Esta base aromática se complementa con matices a los que saludamos con alegría: algo de monte, un puntito de violeta... La madera no se nota; todo un acierto el hecho de que este vino, que ha estado más de 12 meses en barrica, no se haya criado en barricas nuevas (tiene un 30% de estas).
En boca Massuria se doctora. Tiene lo que, a nuestro juicio, debe poseer un vino para que se recuerde. Ese difícil equilibrio entre potencia y finura; entre elegancia y carácter. Todo está en su sitio. Las sensaciones son placenteras en todo momento.
Así de simple. Un muy buen vino.
Un vino de recuerdos atlánticos, cuyo precio se acerca a los 20 euros. Algo de lo que no nos acordamos cuando lo estamos disfrutando.
¡Salud!
REPETIMOS:
Un par de años después lo hemos vuelto a probar. Sorprende ver que apenas muestra evolución en el ribete.
Mantiene esa buena nariz, con integración de fruta y crianza (especias, ligero tostado).
En boca, destaca por su buena acidez (fundamental para el tipo de vino que busca su creador); también hemos advertido (algo hemos ido aprendiendo durante este tiempo) una tanicidad, un amargor, algo "en punta". El propio Josep, con honestidad, nos lo comentó en la cata vertical que hicimos hace unas semanas. Y es que estamos ante el inicio del proyecto Massuria (la primera añada en venta fue la 2006, con muy pocas botellas), y no todo puede ser perfecto desde el principio.
En cualquier caso, el vino se disfruta con mucho gusto. Deja un buen recuerdo, y prolongado. Nos recuerda a vinos de Burdeos, quizá sea sugestión, porque sabemos de la formación que, en esa región, desarrolló Josep Mas, o quizá haya algo más, porque muchos de los vinos bordeleses que conocemos son recomendaciones suyas.
¡Salud!
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