Seguimos en el Priorat. Tras la cata de los Clos Martinet nos hemos ido a otro de los grandes nombres de la comarca, la bodega Costers del Siurana; capitaneada por Carles Pastrana, uno de los que en los años ochenta impulsó el despertar de la región junto a Alvaro Palacios, Daphne Glorian, José Luis Pérez y René Barbier (la bodega de Carles y Joan Jarque, y la de René -Clos Mogador- están físicamente unidas en la misma construcción, aunque en su momento se separaron mediante la construcción de una pared divisoria).
A partir de una mezcla de garnacha y variedades foráneas de prestigio, las clásicas cabernet sauvignon, merlot, syrah, junto a la cada vez más reconocida cariñena, nace este vino procedente de la parcela Clos de L'Obac.
Es de capa medio-alta y cuenta con un ribete cereza que parece querer desafiar el paso del tiempo.
En nariz nos va mostrando con parsimonia sus cualidades: las notas dulces especiadas de la madera, la fruta negra (arándanos), la pizarra. Buena combinación, sin estridencias.
Lo probamos. Sí, es un Priorat; pero va por la línea de la elegancia. Potencia bajo control. Hay acidez, un punto dulce en la entrada, poderosos taninos y, afortunadamente, una graduación alcohólica contenida (se queda en el 13,5%). Deja un recuerdo larguísimo y fino. Muy grato al paladar.
No obstante, hemos de señalar que su precio no es asequible a todos los bolsillos, ya que supera los 40 euros.
¡Salud!
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