Ahí nace este vino de color dorado con fondo verdoso. En nariz identificamos enseguida la variedad. Primero pensamos en flores, concretamente en el jazmín, tan abundante en la región. Después aparecen notas tropicales.
En boca, la primera percepción que registramos es, lógicamente, el dulzor. Pero encontramos una acidez estupenda que lo equilibra y que nos hace dudar: ¿es un vino dulce, se trata de un vino de postre?
Es muy aromático y resulta fácil de beber, con sus 13,5% de alcohol. Es de esos que, cuando te das cuenta, ya se han acabado; de los que se pueden beber sin comida de por medio (aunque no ha estado nada mal con unos quesitos).
Para rematar el conjunto resulta que tiene un precio excelente, 10,75 en Santa Cecilia, en Madrid.
¡Salud!
No hay comentarios:
Publicar un comentario