Volvemos al mundo de los generosos para presentar un Oloroso que pudimos adquirir en nuestra visita a la bodega Fernando de Castilla de Jerez hace mes y medio.
Un vino jerezano elaborado en crianza oxidativa que tiene un color que, precisamente, muestra ese estado: tonos marrones como los del azúcar moreno.
En nariz...desde el primer momento sabemos que hemos entrado en otra dimensión de los vinos. El olfato se complace al reconocer los aromas a frutos secos, avellanas especialmente; especias dulces y hasta algo de naranja confitada.
En boca disfrutamos al apreciar el tono salado y su profundidad aromática. Ni que decir tiene que es larguísimo. Un vino para beber a sorbitos, y para disfrutar oliendo sus matices durante mucho tiempo.
Pertenece a la serie ANTIQUE de la bodega, la más alta de la gama y nos costó algo más de 30 euros, precio que hay que relacionar con la exclusividad de este vino y por los años que se tarda en elaborar.
¡Salud!
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