Pues bien, estamos ante un vino de un color fresa no muy intenso y que, en nariz, nos trae aromas de fruta roja, fresa fundamentalmente.
En boca presenta una acidez destacada y un paso ligero y agradable. Un vino que se bebe bien, correcto, aunque, si lo comparamos con los españoles que hemos probado, sale malparado al tener menos intensidad y cuerpo.
Nos costó menos de 10 euros en la vinoteca L´Atelier des Vignerons, de Limoux.
¡Salud!
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