Fernando, de Bodega Algueira, y Vinoencasa |
Después de Guímaro, Pedro nos recomendó que visitáramos a Fernando, de la bodega Algueira, propietario y elaborador desde hace décadas en Ribeira Sacra. Daba la casualidad de que, apenas unas pocas semanas antes, ya habíamos probado uno de sus vinos y nos gustó.
Se siente cómodo hablando de la tierra y el cultivo de la viña. Apreciamos conocimientos y amor por ese tipo de agricultura. Nos cuenta con emoción cómo, en los bancales del río Sil, tarda una jornada para plantar únicamente trece cepas. También cómo está tratando de recuperar una viña moribunda introduciendo en el suelo una manguera que la riega cada cierto tiempo.
El trabajo manual ha de ser exhaustivo y es irreemplazable. Pero quizá sea todavía más importante el factor tiempo. Fernando nos dice que no elaboró un vino blanco hasta que pasaron doce o trece años, cuando la viña había adquirido la calidad necesaria. El tiempo también juega un papel fundamental en la elaboración del vino. Uno de sus blancos ha tardado un año en fermentar, porque las levaduras autóctonas que utiliza tienen su ritmo intermitente y Fernando lo respeta.
No es amigo de la mezcla de uvas para elaborar. Salvo en su vino de fincas, vinifica todo lo que tiene por separado. Se trata de darle al consumidor pequeñas pinceladas de cada parcela en las botellas.
La madera no tiene protagonismo. Sus barricas tienen nueve años de antigüedad. Por cierto, está experimentando con el roble gallego y la verdad es que nos gustó lo que nos dio a probar.
Nos habló de la utilización del raspón. El día anterior, en Guímaro, también habíamos escuchado algo parecido y nos sorprendió mucho. Tras leer durante años aquello de que el raspón o escobajo es la parte leñosa que se desecha…; resulta que ahora se puede utilizar en la elaboración de un vino. Por lo visto los porcentajes de raspón pueden variar, pero la clave es que el racimo esté en un punto óptimo que no es simplemente el que marca una uva sobremadurada. Esa parte vegetal dará taninos a los vinos, aunque no agresivos; por lo tanto el papel de la barrica decrece.
Por desgracia la visita a esta bodega fue muy breve y se quedó en meros apuntes. Pero esperamos repetir.
El trabajo manual ha de ser exhaustivo y es irreemplazable. Pero quizá sea todavía más importante el factor tiempo. Fernando nos dice que no elaboró un vino blanco hasta que pasaron doce o trece años, cuando la viña había adquirido la calidad necesaria. El tiempo también juega un papel fundamental en la elaboración del vino. Uno de sus blancos ha tardado un año en fermentar, porque las levaduras autóctonas que utiliza tienen su ritmo intermitente y Fernando lo respeta.
No es amigo de la mezcla de uvas para elaborar. Salvo en su vino de fincas, vinifica todo lo que tiene por separado. Se trata de darle al consumidor pequeñas pinceladas de cada parcela en las botellas.
La madera no tiene protagonismo. Sus barricas tienen nueve años de antigüedad. Por cierto, está experimentando con el roble gallego y la verdad es que nos gustó lo que nos dio a probar.
Nos habló de la utilización del raspón. El día anterior, en Guímaro, también habíamos escuchado algo parecido y nos sorprendió mucho. Tras leer durante años aquello de que el raspón o escobajo es la parte leñosa que se desecha…; resulta que ahora se puede utilizar en la elaboración de un vino. Por lo visto los porcentajes de raspón pueden variar, pero la clave es que el racimo esté en un punto óptimo que no es simplemente el que marca una uva sobremadurada. Esa parte vegetal dará taninos a los vinos, aunque no agresivos; por lo tanto el papel de la barrica decrece.
Por desgracia la visita a esta bodega fue muy breve y se quedó en meros apuntes. Pero esperamos repetir.
¡Salud!
No hay comentarios:
Publicar un comentario