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jueves, 1 de septiembre de 2011

BODEGA MAS ASTURIAS. Bierzo.

Antes de asentarnos en Galicia, durante las últimas semanas de agosto, hicimos una parada en el Bierzo.

Tras alojarnos en Villafranca (en el Hostal La Puerta del Perdón, uno de esos pequeños establecimientos donde tienen obsesión por cuidar los detalles que hacen agradable la estancia del viajero) pasamos una mañana visitando los viñedos y la pequeña bodega de Josep Mas. Hace unos meses probamos su vino y nos gustó.
El siguiente paso era visitarle y aprender de sus conocimientos.
Josep es de Martorell y procede de una familia del Penedés. Estudió para ingeniero agrónomo y después enología en Montpellier y Burdeos. Hace unos años decidió que le había llegado el momento de emprender su aventura vitivinícola y, tras varios meses de recorrer viñedos por toda España, se enamoró de las tierras bercianas. Allí encontró suelos (pizarrosos, arcilloso-calcáreos), clima y viñas, pequeñas propiedades de viñedo con antigüedades más que notables.
Su filosofía pasa por expresar todo eso con calidad. Suena fácil, pero luego hay que llevarlo a la práctica. Y lo hace teniendo claro una serie de aspectos:
Es productor y elaborador. No quiere descuidar el control de su vino. Por ello tiene que trabajar sobre aquellas tierras que puede supervisar sin perder rigor en su trabajo. Hoy son 6 hectáreas repartidas por varias explotaciones. Algún viñedo, como el que nos enseñó a los pies de Castro Ventosa, tiene un gran potencial, según Josep. 

  Utiliza su conocimiento técnico con sentido común. Sabe mucho y continúa su formación, pero no se ha dejado arrastrar por la ultratecnología. Usa los avances técnicos pero teniendo en cuenta que la mano del hombre sigue siendo más precisa y sensible en tareas como el cuidado de la viña. Utiliza levaduras neutras pero también principios biodinámicos que sabe necesarios para su trabajo, como el seguimiento de fases lunares, o la preparación de infusiones de minerales para recuperar determinados viñedos.
Está muy encima de sus viñas. Lleva un registro minucioso de sus cambios y fases evolutivas, para, por ejemplo, poder afinar el momento de la vendimia con apenas unas horas de diferencia horaria. Realiza un cultivo en vaso y una poda con la que trata de guiar a la planta para que no ensanche y evitar el exceso de sol en los racimos y su sobremaduración.
¿Y cómo hace el vino? Las uvas le llegan frescas de la noche porque se vendimia temprano. Si tiene que interrumpir pronto el trabajo lo hace a riesgo de perder dinero (los jornaleros se contratan para toda la jornada).
En la bodega nos muestra sus depósitos de hormigón, claves para elaborar el vino.

Nos dice que el acero inoxidable tiene un inconveniente: se generan cargas eléctricas que pueden llegar a afectar al proceso de fermentación, algo que no ocurre con el cemento. No obstante, el hormigón tiene un problemilla: es muy difícil de limpiar, aunque se compensa con su gran comportamiento térmico, que asegura que no haya picos de temperatura que alteren la fermentación. Pues bien, tras un estrujado suave, el mosto fermenta en el hormigón, con levaduras neutras que aseguran el control del proceso. Se trasiega y realiza la maloláctica en estos mismos depósitos que previamente se han limpiado. Josep hace un remontado al día.
 Cuando finaliza esta fase, el vino pasa a las barricas, donde estará una media de doce meses en ellas, dependiendo de las características de la añada.

Seguiremos su andadura. Esperamos para este otoño su añada 2008.
¡Salud!

3 comentarios:

  1. Excelente bodega y vino. A ver ese 2008 :)

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  2. Nos alegra que te haya gustado este Massurias, como a nosotros. También esperamos con expectación el 2008.
    Gracias por tu comentario.

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