Nuestro apreciado Miguel, de “A curva” en Portonovo, nos siguió deleitando con sus conocimientos para agradecimiento de nuestro paladar. Después del A Escusa, de Rodrigo Méndez, nos ofreció este ribeiro fermentado en barrica que nos impactó.
De bonito color dorado, en nariz nos fueron invadiendo sucesivamente notas de albaricoque seco, hinojo y matices tropicales (de mango). La madera dulce se aprecia como un buen complemento de lo anterior, sin restar protagonismo.
Al probarlo advertimos que es un vino impresionante. Es fino, redondo, elegantísimo. Acumula virtudes: acidez y dulzor excelentes; untuosidad, amplitud en boca. Y deja un recuerdo larguísimo. Es de esos vinos hechos para el placer.
Se trata de la obra de uno de esos genios artesanos que hemos ido descubriendo en los últimos meses. Apenas dos mil botellas de un vino cuidadísimo que tiene cosas de grandes blancos que hemos probado. Algunos grandes riesling que hemos podido saborear quedan por detrás de este vino orensano.
No podemos indicar su precio porque fue una cortesía más de Miguel.
¡Va por ti, amigo!
¡Salud!
De bonito color dorado, en nariz nos fueron invadiendo sucesivamente notas de albaricoque seco, hinojo y matices tropicales (de mango). La madera dulce se aprecia como un buen complemento de lo anterior, sin restar protagonismo.
Al probarlo advertimos que es un vino impresionante. Es fino, redondo, elegantísimo. Acumula virtudes: acidez y dulzor excelentes; untuosidad, amplitud en boca. Y deja un recuerdo larguísimo. Es de esos vinos hechos para el placer.
Se trata de la obra de uno de esos genios artesanos que hemos ido descubriendo en los últimos meses. Apenas dos mil botellas de un vino cuidadísimo que tiene cosas de grandes blancos que hemos probado. Algunos grandes riesling que hemos podido saborear quedan por detrás de este vino orensano.
No podemos indicar su precio porque fue una cortesía más de Miguel.
¡Va por ti, amigo!
¡Salud!
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