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lunes, 14 de noviembre de 2011

CHÂTEAUNEUF-DU-PAPE EN LA U.E.C.

El pasado jueves 10 de noviembre Vinoencasa asistió en la sede de la Unión Española de Catadores (Lope de Vega 27, Madrid) a una cata de vinos de la Denominación francesa Châteauneuf-du-Pape dirigida por José Casal del Rey.
José comenzó su breve conferencia previa a la cata afirmando su falta de objetividad en este caso pues se declaraba un enamorado de los vinos de esta appellation, que ha visitado en numerosas ocasiones y que conoce bastante bien. 
Para empezar, enmarcó este territorio dentro de la más extensa región francesa de las riberas del Ródano (Côtes du Rhone). Este río está cortado en dos partes por el paralelo 35 que lo divide en una zona norte y otra sur. En los viñedos del norte hay un clima fresco y menos soleado. Sus vinos tienen menos color y grado, pero más aroma y sutileza, como les ocurre a sus vecinos de la Borgoña. En el sur, más soleado, los vinos tienen más color y más grado, pero algo menos de aroma y acidez. En la zona norte el vino está bajo el control de los grandes négociants y se comercializa embotellado casi en su totalidad. En el sur, por el contrario, salvo en Châteauneuf-du-Pape, la mayor parte del vino está producido por cooperativas que lo venden a granel.  
Suelo de cantos rodados o galets
Los viñedos del norte están cultivados en suelos graníticos de enorme pendiente en las laderas del Ródano. En el sur, el rio se ensancha y forma extensas planicies de suelos de cantos rodados (galets) de cuarcita pardo-rojiza. La variedad que reina en el norte es la syrah, mientras que en el sur se cultivan hasta 13 variedades. La mayoritaria aquí es la garnacha - es la que predomina en Châteauneuf-du-Pape -, que se utiliza en los coupages junto con la syrah, con la que se complementa muy bien. Otras variedades sureñas son la cinsault (para los vinos rosados) y la mourvèdre o monastrell. Por último, la zona norte cuenta con ocho pagos o crus con una extensión total de 2.100 has; mientras que en el sur hay cinco crus, con alrededor de 5.000 has, uno de los cuales es nuestro Châteuneuf-du-Pape.
Los papas a los que se hace referencia en el nombre de esta appellation son los que se instalaron en Avignon desde comienzos del siglo XIV. El segundo de ellos, Juan XXII, construye un castillo - del que toma nombre toda la región: Châteauneuf = "castillo nuevo" - para residencia de verano papal, como la que los papas romanos tenían en Castel Gandolfo, e inicia la plantación de viñedo. Durante siglos, los vinos que se producen aquí, como en la mayor parte de la región más extensa de Côtes du Rhon, son vendidos a granel a los productores de Burdeos y Borgoña. Estos últimos, además, impiden el comercio de los vinos del Ródano por el río para evitar toda competencia. Hay que esperar hasta la construcción del ferrocarril a mediados del XIX, para que empiecen a ser conocidos por los comsumidores parisinos. Desde entonces comienza un periodo de crecimiento en volumen y en prestigio que se trunca con la aparición de la filoxera hacia 1870. Después, las grandes destrucciones que sufrió la región durante las dos Guerras Mundiales provocaron una larga decadencia y una recaída hacia las ventas a granel hasta que en los años 80 del siglo XX la progresiva fama que estaban cobrando los shiraz australianos facilitó el redescubrimiento de los syrah franceses de Côtes du Rhon y, con ellos, los del resto de appellations de la región.
Para terminar, José se centró en la zona concreta de Châteauneuf, de la que destacó la hetereogeneidad de sus vinos debido a las muchas variedades que se cultivan y a las diferencias de coupages y de suelos existentes, y también por los dos tipos de vinificación que se llevan a cabo: la clásica y la moderna. En cuanto a la clásica, se desechan los depósitos de acero inoxidable y las barricas bordelesas. En cambio, se utilizan los depósitos de cemento y los grandes tinos de madera. En esta vinificación tradicional la vendimia recién recogida se calienta con vapor de agua al altas temperaturas para macerar la uva, ablandando los hollejos, para, así, extraer más color y cuerpo.
De los siete vinos que se nos presentaron, seis eran de 2009 y solo uno, de 2008. La añada 2009 tuvo un verano muy caluroso y seco. La cosecha resultó corta y hubo muchos problemas de fermentación y de aparición de volátiles, con ph muy altos y con mucho alcohol. Pero, en conjunto, la calidad fue muy buena. Estos vinos necesitan madurar en botella alrededor de tres años, por lo que la mayoría de los que catamos aún no estaban en su momento óptimo de consumo. Todos presentaron capas muy parecidas, de intensidad media-baja, con ribete cereza y fondo rubí. Sorprende, en todos, la falta de relación entre esta capa tan poco cubierta y la intensidad y potencia que, después, desarrollan en boca.

DOMAINE BERTHET-RAYNE CHÂTEAUNEUF-DU-PAPE ROUGE TRADITION 2009.
De nariz fresca y frutal, con notas de cerezas en licor y un fondo especiado de crianza (pimienta negra). 
En boca no está muy estructurado, tiene un cuerpo medio, con buen equilibrio entre acidez y dulzor y taninos sedosos. En el posgusto se aprecia frutosidad de frutos negros. 25 € aprox.

DOMAINE DE NALYS CHÂTEAUNEUF-DU-PAPE ROUGE CUVÉE CLASSIQUE 2009.
Menos fresco que el anterior, ofrece aromas más dulces de fruta confitada debido a su mayor proporción de syrah.
Al probarlo se notan unos taninos más marcados, mucha potencia e intensidad. Pero también hay mucha fruta, que lo hace más fresco que en nariz. Tiene mayor acidez que el anterior y también es más largo. 25 €.

LA CÉLESTIÈRE CHÂTEAUNEUF-DU-PAPE CUVÉE TRADITION 2009.
Con una capa algo más alta, en nariz se presenta muy clásico: cerezas en licor y cassis. No hay notas de crianza.
En el paladar es potente, con menor acidez, taninos presentes pero sedosos y un posgusto muy largo. Todo está muy integrado. Es el vino más representativo de esta appellation. 30 €.

LES CAILLOUX CHÂTEAUNEUF-DU-PAPE 2009.
Es el que presenta aromas más complejos y barrocos: cerezas en licor, hierbas de monte, cedro, chocolate.
Pero se le nota que aún necesita más tiempo de botella pues todavía está un poco duro en boca: es intenso y fresco pero tiene un tanino muy marcado que se debe ir puliendo. 30 €.

DOMAINE DE LA CHARBONNIÈRE CHÂTEAUNEUF-DU-PAPE 2009.
Distinto de los demás pues aparece con un color más turbio, como vino sin filtrar que es, y tiene mayor carga alcohólica - 15 % - que no se nota en absoluto.
En nariz hay las consabidas cerezas en licor, notas de crianza (especias) y balsámicas (menta).
Es el más redondo en boca, con un tanino muy maduro y un perfecto equilibrio entre el dulzor y la acidez. ¿El alcohol? No está. El Châteauneuf que más nos ha gustado. 30 €.

DOMAINE DE FONTAVIN CHÂTEAUNEUF-DU-PAPE ROUGE CUVÉE TRADITION 2009.
En la copa ofrece la capa más alta de todos, de color picota.
Destacan los aromas cítricos de piel de naranja, de maderas nuevas (cedro), regaliz y chocolate. 
Con taninos muy sedosos, sobresale una fruta muy madura, acompotada. Es muy corto y le falta frescura y aroma. En el posgusto aparecen notas licorosas y acompotadas. El menos elegante de todos. 25 €.

DOMAINE DURIEU CHÂTEAUNEUF-DU-PAPE CUVÉE TRADITIONNELLE ROUGE 2008.
De capa rubí que ya ha perdido las notas púrpuras y tira más a cereza. Más evolucionado.
Hay algo de reducción que, cuando desaparece, deja aparecer las notas frutales (cereza), minerales y de flores marchitas.
Se le nota el año de más que tiene en botella pues es el más hecho, el que tiene más cuerpo. Pero el posgusto algo ardiente y plano nos indica que hay que consumirlo ya pues empieza a decaer. 25 €.

¡Salud!

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