Seguimos con los vinos de Burdeos, dentro de la comarca de Saint Emilion, para probar este Grand Cru de una añada muy particular, la de la ola de calor veraniega que supuso una elevación anormal de la mortalidad en varios países.
Veamos como se comporta ese vino de añada tan cálida.
De capa media, presenta un ribete con evolución, tirando a teja.
En nariz, como ya hemos apreciado en otros burdeos, tarda en abrirse. Necesita tiempo y aireación para que desaparezcan notas algo desagradables (un barniz que desentona) pero al final aparece la buena fruta roja (frambuesa, arándanos). La madera está presente con notas especiadas y de café.
En boca se aprecia la calidez del año. Las notas dulces de la fruta están bien presentes, así como unos taninos suaves. Es un vino muy agradable de beber que mejora con el paso de los minutos, cuando va expresando lo que lleva dentro y que deja muy buen recuerdo.
Nos costó 16,30 € en La Maison du Vin de Saint Emilion.
¡Salud!
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