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martes, 27 de marzo de 2012

MARAÑONES 2010. Garnacha. Vinos de Madrid.

En los últimos meses la bodega Marañones se está convirtiendo en invitada frecuente a nuestro blog, por algo será. Probamos el Picarana,  y después el  Treinta mil maravedíes. Hoy presentamos este Garnacha 2010 que sorprende desde el principio. La capa es baja y el color, rosado, entre fresa y frambuesa; de hecho se parece más uno de los rosados españoles que a un tinto. Dicho de otra forma, parece un tinto borgoñón. Y es que la garnacha es una uva con racimos apretados y uvas de pequeño tamaño y hollejo fino, que tiende a dar niveles no muy elevados de tanino y color.


En nariz se ha comportado espléndidamente. Nos ha ido ofreciendo, con precisión y nitidez, en primer lugar,  fruta roja; pero no de la acompotada tan frecuente en muchas elaboraciones, sino de una fruta fresca, como cuando uno presiona la pulpa y se mancha los dedos. A continuación llega el tono mineral, entre polvoriento y terroso. Además aparecen notas de hierba de monte, balsámicas. Huele muy bien.


Nos queda la fase final. La entrada es amable, frutal, con la golosidad de la fruta, no de la madera tostada (también tan habitual en muchos vinos actuales); y hay mucha y buena acidez, que puede con la carga alcohólica (14,5%, un territorio ya muy arriesgado). Una acidez refrescante, que hace salivar. También apuntamos que, pese a tratarse de un vino ligero en boca, tiene carácter, invade el paladar, que se llena de recuerdos frutales y minerales ( se estimula esa complicada zona de lo salado). El alcohol, y esta es otra virtud, no se nota; contribuye a dar suavidad y cierta densidad.
Queda un final ligeramente amargoso y estupendo, y un recuerdo muy prolongado.
Un vino excelente,  muy placentero.
Nos costó alrededor de los 15 euros en Vinoteca Tierra, de Madrid.
¡Salud! 

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