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sábado, 21 de abril de 2012

FOSSA MALA


Concluimos nuestro primer viaje vinícola a Italia en Friuli, en la bodega Fossa Mala. Esta región produce el 2% del vino de este país, y el tamaño medio de las explotaciones es de 15-20 hectáreas, predominando el control familiar sobre ellas. Fossa Mala es mayor, cuenta con 30 has. Por cierto, el nombre hace referencia al lugar donde los bandidos esperaban apostados (en una zona hundida, una fosa) a los carruajes que salían desde la cercana localidad de Pordenone.  
Estamos en una región buena para el vino, con importantes contrastes térmicos entre día y noche, y entre invierno y verano. Los Dolomitas no quedan lejos. Cuenta también con buena cantidad de agua al cabo del año.
Es una región pequeña pero diversa, en la que se pueden encontrar varias subregiones, como Collio y Collio Oriental, a las que hay que sumar una tipología de vino común a todas, el Prosecco. Es una tierra de vinos blancos, que se elaboran para consumir en el año. Este mercado es estacional y se suele activar en primavera y verano, lo que supone un gran condicionante comercial.
Massimo Vidoni

Estuvimos con Massimo Vidoni, quien tras varios años de carrera en otra bodega friulana, nos recibe al frente de Fossa Mala. Se trata de un proyecto iniciado por un empresario local, amante de la buena mesa, dedicado al mundo de los congelados (Bofrost es su empresa). Hace unos años quiso invertir en un complejo de agroturismo, donde se integra la bodega. En 2003 se plantó el viñedo y en 2007 se inauguró la bodega, con la primera cosecha. Tiene capacidad para cerca de un millón de botellas, aunque se elaboran 80.000.
Terreno de gravas y arcilla
Comenzamos viendo el viñedo, que está muy cerca del complejo. Lo primero que nos enseñó Massimo fue el terreno de gravas, de cantos rodados,  mezcladas con arcilla, que resulta muy bueno para los vinos, y que es parecido al que hay en Collio, la subzona con vinos de mayor estructura. Las plantas están todas en espaldera, lo común en Friuli. Son viñas jóvenes, que producen entre 1,5 y 2,5 kilos de uva por cepa. 
Charlando sobre la cantidad de trabajo que implica una explotación así, salió a relucir el tema de la mecanización. En Fossa Mala se usa mucha máquina, básicamente por dos razones.  En primer lugar, porque el vino friulano está poco valorado, por lo que tiene un factor limitativo fundamental, son vinos de 5 euros la botella. En segundo lugar está el precio de la mano de obra. Parece ser que el empresariado italiano no es proclive a invertir en ese apartado. De este modo, la bodega cuenta con Massimo y otra persona para llevar todo el trabajo, y en época de vendimia son cuatro en total, de ahí la necesidad de maquinaria.
                                                                            La bodega es sencilla y práctica. Está toda climatizada, se usan depósitos de acero, pequeños para los vinos de mayor calidad, y barricas de roble francés, de 250 y 500 litros, aunque no es la única madera utilizada; también se usa la acacia y se está haciendo el vino Sclins en barrica de cerezo. Por cierto, las barricas de roble francés son del  tonelero riojano Antonio Magreñán.
Todos los vinos son monovarietales y su mercado principal es el nacional, aunque se exporta el 40% de la producción. En relación con este tema, comentamos con Massimo la bajada del consumo que se registra en España y también en Italia. Hay mucho miedo a la retirada del permiso de conducir, a las elevadas multas y a la inmovilización del coche. No obstante, parece ser que también ocurre allí lo que pasa en España, que se bebe cada vez más cerveza y destilados, con protagonismo del sector joven.
Máquina de filtrado
Terminamos el recorrido por la bodega viendo algo de tecnología aplicada al vino. Así, pudimos conocer una máquina de filtrado. Como hay que sacar al mercado el vino del año, Massimo no puede correr riesgos y el vino ha de ir bien filtrado para que no queden bacterias ni levaduras que pudieran realizar una segunda fermentación. Se usan levaduras seleccionadas en función del objetivo a conseguir: aromas, textura, etc. En las botellas se extrae el aire y se inyecta nitrógeno para evitar la oxidación.
La visita concluyó con una cata de los vinos de Massimo.

FRIULANO 2010
Se trata del vino de cada día, el que beben los locales de forma cotidiana. Se elabora en acero (60%), acacia (20%)  y roble francés durante siete meses, tras los cuales es embotellado.
Es un vino con notas herbáceas, frescas, pero también mineral, ya que se trata de una tierra “pesada”, con muchos elementos (potasio, manganeso…). En boca también resulta fresco, con gran acidez y con un paso ligero.
Nos comenta Massimo que está poniendo las  bases de su proyecto, que le queda mucho trabajo y que lo primero es estudiar y aprender  a entender la uva.


PINOT GRIGIO 2009
Se trata de una variedad alsaciana bien adaptada al clima regional. Llegó hace unos cien años junto a otras variedades extranjeras, como la cabernet franc o la Merlot.
Es el vino más exportado junto al Chardonnay. De hecho, es el que nosotros conocíamos en España.
Massimo espera elaborarlo con un poco más de color, dejando una mínima parte del mosto en contacto con los hollejos. En nariz también muestra frescor y mineralidad. Se elabora en acero y roble francés (30%) que le aporta notas de pan tostado que salen en la copa con el tiempo. En boca combina acidez con un toque seco y un tacto untuoso bien conseguido. Deja muy buen recuerdo.


SAUVIGNON BLANC 2010
La fruta tropical nos recibe con alegría. También encontramos notas vegetales (hoja de tomate), flores blancas e hidrocarburos. Esto nos lleva de nuevo a hablar de tecnología con Massimo. Nos cuenta que el clon R3 da ese toque de hidrocarburo. El vino es una mezcla de clones, que se elaboran por separado y luego se ensamblan. En boca mantiene la línea general de frescor y untuosidad. Preguntamos por el uso de las lías, que aportan esa grasa, que ayudan a dar esa estructura tan sólida en un vino sencillo y fresco. Pues bien, desde septiembre a enero se realiza un batonage dos veces por semana, lo que no está mal, tratándose de solo dos personas en la bodega. 

TRAMINER AROMÁTICO 2007 y 2010
Una casualidad, mezclada con el error humano, nos permitió probar la primera añada de este vino, que ni el propio Massimo tiene en su casa. Para él fue emocionante volver al origen; suponemos que por su mente debieron acumularse numerosos sentimientos a gran velocidad mientras probaba con nosotros el 2007.

La traminer es el nombre que recibe en Alto Adige (norte montañoso italiano, fronterizo con países germánicos) la gewurztraminer. Y en este 2007 nos encontramos con notas de miel, rosa, naranja, hidrocarburo; esa complejidad asociada, por ejemplo, a los riesling.  Es un vino elaborado cuando Massimo todavía tenía dudas; así no hizo la fermentación en frío con contacto entre hollejo y mosto, como hace hoy, porque no conocía bien el comportamiento de la uva, reconoce con sinceridad.   En boca mantiene muy buena acidez.
En comparación, el vino de 2010 nos pareció menos interesante, al ser más lineal y claro en su propuesta. Buena nariz y mucha corrección, pero estábamos todavía impactados por la sorpresa del anterior, un vino que era una incógnita para su creador.


MERLOT 2010
No parece que el clima friulano sea el idóneo para esta uva, y es que no estamos en tierra de tintos. Encontramos fruta roja, pero también aromas vegetales. Resulta tánico y muy ácido, con notas de tallo verde, algo que se explica por los problemas de maduración de la uva. Massimo planea añadirle uva pasificada para intentar compensar esa sensación ácida.


REFOSCO DAL PEDUNCOLO ROSSO 2010  Un vino propio de la región friulana; frutal (fresa, frambuesa), a lo que se van añadiendo notas balsámicas y puntas vegetales, propias de una incompleta maduración polifenólica (los polifenoles son sustancias muy abundantes en todos los vegetales y muy variadas. En general, son responsables del sabor amargo).En boca se nota la madera tostada de fondo, resultando más amable que el anterior.
Dos curiosidades de este vino: el raspón del refosco se torna rojo, no mantiene su verdor inicial; y la segunda es que nada más abrirlo huele a víscera, a hígado, aunque a los pocos segundos ya aparecen las notas de fruta roja y el regaliz.

CABERNET SAUVIGNON 2010
Como en el caso del merlot, es el vino creado pensando en el mercado internacional. Resulta bastante amable y destacan en nariz las notas de pimienta.  


SCLINS 2008
Fruto de la uva traminer con vendimia tardía y pasificación de un mes. Crianza en acero y madera (mitad y mitad). Vino interesante, con nariz compleja; aparecen notas muy claras de pastelería (brioche, roscón de Reyes), higo seco, naranja y castaña asada.
En boca, pese a tratarse de un dulce, muestra una acidez excelente.

Vinoencasa en plena faena
Un gran final para la visita a una bodega joven que pese a tener condicionantes difíciles, como competir en un nicho de mercado reducido y de precios bajos, muestra calidad y buen hacer, el de Massimo Vidoni.
¡Salud!

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