En nariz nos reciben notas de café procedentes de su crianza (ocho meses de barrica). Si agitamos la copa encontramos también
La entrada en boca es amable, dulce. La carga alcohólica le aporta un cuerpo, una untuosidad que se compensa muy bien con la acidez. Los taninos no molestan, integrándose bien en el conjunto. Queda una sensación de vino placentero, con buen final.
A este respecto nos permitimos una digresión. Lo del vino y su consumo a temperatura ambiente es un error, al no ser que se viva en un espacio con una temperatura constante y bastante fresca (incómoda para el ser humano). Quien no tenga vinoteca puede echar mano de la nevera, concretamente de la puerta, donde hay espacio para las botellas. Es mejor sacarlo un poco antes -o no sacarlo y dejar que se vaya atemperando en la copa- que tomarlo a la temperatura ambiente de muchos hogares españoles a partir de estas fechas, cuando ya se superan los 20 grados.
¡Salud!
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