De color fresa vivo, con capa media, está en la línea de los rosados españoles que muestran mucho color. Nos ha llamado la atención la cantidad de carbónico que ha desprendido; ha formado espuma al servirlo.
Hemos pensado que podría ser un vino de aguja; de hecho sabemos que en Penedés y
En nariz también nos ha sorprendido. Esperábamos un vino frutal y sencillo, y nos hemos encontrado con aromas que recuerdan a bodega, a lías, a anisados; no hemos podido evitar pensar en cavas (la bodega los elabora). Suponemos que la crianza de cinco meses en roble tiene algo que ver en esto. Y sí, hay fruta roja, y hasta algún recuerdo fugaz de otra fruta. Bien aireado, la fruta roja aparece, para quedarse.
En boca mantiene ese
Muy interesante. A lo que hemos contado hay que añadir un precio atractivo, 6,71 € en la bodega Santa Cecilia de Madrid, motivos para probar un rosado diferente.
¡Salud!
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