LuisVida |
Estuvimos en la Unión Española de Catadores para asistir a la charla y cata que dirigió Luis Vida sobre vinos de Toscana no tan conocidos como los Chianti, los Brunello di Montalcino o los "supertoscanos".
Toscana es la tercera región italiana en extensión de viñedos, pero la octava en producción, lo que parece indicar que se busca la calidad. Tiene siete DOCG (Denominación de Origen Controlada y Garantizada), la máxima categoría de las denominaciones italianas, y más de treinta DOC (Denominación de Origen Controlada). Además cuenta con numerosas IGT que
El mosaico toscano |
vienen a ser el equivalente a los españoles Vinos de la Tierra.
Es una región de clima mediterráneo con toques continentales, montañosa, pero de pequeñas elevaciones, lo que permite la existencia de diversos microclimas en función de altitudes y exposiciones. Hay también variedad de suelos, dominando la caliza con algo de arcilla, los arcillosos y arenosos, asomos volcánicos en el sur, y además está el "galestro", las margas de las zonas de chianti o de los brunellos.
La uva dominante es la sangiovese, una de las grandes italianas, con más de cuarenta clones y numerosos nombres locales. Una variedad que permite diferenciaciones interesantes en función del terruño y de la elaboración. Un vino tipo con sangiovese sería de capa media, con tendencia a la pronta evolución, con notas de fruta roja y florales en nariz, a las que pueden sumarse las de bosque, turba, trufa... En boca destaca por su tanicidad, lo que ha marcado el estilo o el gusto de los italianos, tienen sequedad porque son parcos en azúcar, gran acidez, frescura y más aroma que cuerpo (aunque en algunas zonas, como en el caso de los brunello, pueden surgir vinos potentes).
La cata de hoy se centraba en la Toscana litoral, donde están la DOC Bolgheri, la IGT Maremma Toscana y la DOCG Morellino di Scansano (que tiene un par de años). Morellino es uno de los nombres que recibe la sangiovese. Es una región que se ha beneficiado del prestigio de los "supertoscanos". Éstos son vinos que nacieron allí hacia los años setenta del siglo pasado, cuando una serie de productores decidieron alejarse de una reglamentación algo laxa, más preocupada por la cantidad que la calidad y, fijándose en los grandes de Burdeos, desarrollaron sus propios proyectos basándose en variedades de prestigio como la cabernet sauvignon o la merlot y cambiando las elaboraciones a barrica bordelesa, frente a las tradicionales botas grandes de roble usadas, o las grandes tinas.
Unas cuantas victorias en importantes concursos y el favor de algunos críticos pusieron a estos vinos, los Sassicaia o los Tignanello, por ejemplo, en lo más alto dentro de un mundo que veía nacer la era de la globalización.
Esos vinos, que tenían que venderse como vinos de mesa, ayudaron a que cambiara el marco legislativo. Desde 1995 está en vigor la ley Goria, que es la que ha establecido el modelo de denominaciones que hemos comentado. Hay que apuntar que la ley prevé el descenso de categoría de denominaciones que no cuenten con una calidad contrastada. No lo ha hecho ninguna pese a que parece ser que hay bastantes candidatas.
Así las cosas, nos encontramos con una región, la Toscana marítima, que permite hallar gran diversidad de elaboraciones: tradicional, con apuestas por recuperar lo autóctono, el perfil más internacional, o la mezcla de ambas tendencias.
En cuanto a la cata, probamos siete vinos que a continuación reseñamos.
PAGLIATURA 2010
Comenzamos en la Maremma, con este blanco, el único que catamos, de la variedad vermentino. De color pajizo-dorado, en nariz resultó muy campestre, con dominio de los tonos herbáceos. También encontramos algo de fruto seco y ligero tostado.
En boca resultó un vino interesante, con gran acidez, sequedad, volumen proporcionado por el trabajo de las lías, y un final amargoso y largo, que mantenía ese carácter herbáceo.
KEPOS 2010
Tinto elaborado con variedades mediterráneas: garnacha (60%), monastrell, cariñena, marselán (uva que no conocemos y que debe ser autóctona de allí) y alicante (garnacha tintorera). De color granate y ribete tirando al fucsia, en nariz son claros los recuerdos a vino mediterráneo. Nos hemos acordado de los prioratos. Encontramos intensa fruta roja en sazón (no pasada, ni verde), con recuerdos a fresa dominando. También aparecieron las flores, con notas de rosa y (caramelo de) violeta.
En boca nos encontramos con un vino muy diferente a lo que se estila en España. Una interpretación distinta de las variedades en clave de sequedad (menos dulzor que los españoles), buena acidez y carácter tánico. Vino muy completo, largo y con elegancia. Estupendo recuerdo.
A continuación pasamos a probar vinos de la DOC Bolgheri.
ZIZZOLO ROSSO 2009
Elaborado con merlot (60%) y cabernet sauvignon, tiene una capa de color picota con cierta evolución en el ribete. La fruta de la merlot apareció muy pronto, y también un discreto ahumado. Frente a los cabernet-merlot norteños, que son más balsámicos, aquí domina la fruta y su dulzor, aunque también encontramos notas de pimiento propias de la cabernet.
En boca estamos ante un vino sabroso, con taninos de calidad, con una sequedad característica de estos vinos donde el azúcar está muy contenido (es el gusto de los paisanos), y con el volumen que le aportan sus 14 grados de alcohol. Un vino bien hecho, en el que resulta difícil reconocer la tipicidad porque es una apuesta por una fórmula de éxito internacional.
ARNIONE 2007
Otro vino elaborado "a la internacional", con cabernet sauvignon, cabernet franc, merlot y petit verdot, siguiendo el camino marcado por los "supertoscanos". También de capa media y color granate, en nariz nos ha recibido con notas de tostados (los asistentes apuntaron notas de chocolate y naranja), quedando las frutales en segundo plano: cassis y algo de ciruela pasa, que son rasgos del cabernet sauvignon mediterráneo cálido. Hay también recuerdos claros de pimienta (molinillo de pimienta) y de hojarasca o tierra húmeda.
En boca muestra virtudes, en la línea de los anteriores: buena acidez, sequedad (austeridad en el dulce), tanicidad, persistencia frutal; aunque este vino pide algo más de botella.
Finalizamos la cata con tres vinos protagonizados por la reina de Toscana, la sangiovese.
LE SENTINELLE 2006
Pasamos a la DOCG Morellino di Scansano con este vino elaborado con sangiovese y un 15% de alicante (garnacha tintorera). Un vino más oscuro en color que, en nariz, muestra aromas frutales maduros (ciruela pasa, guinda en aguardiente), junto a notas de betún y yodo.
En boca destaca su tanicidad, aunque la fruta aguanta el envite. Se encuentra dentro de la tipicidad de elaboración de la sangiovese. Es un vino que pide un buen acompañamiento sólido.
VAL DELLE ROSE 2005
Este Morellino empezó mostrando reducción, con fuertes notas animales. Con el tiempo salieron aromas especiados y como de musgo o laurel. En boca se ve que sus mejores días quedaron atrás, porque, tras la entrada, con acidez correcta, deja poco excepto un final amargoso.
TASSINAIA 2005
Concluimos con un vino de la IGT Toscana, elaborado a partes iguales con sangiovese, cabernet sauvignon y merlot. De capa media, en nariz encontramos interesantes notas frutales (fresa, frambuesa), vegetales (pimiento, pimentón) terrosas (como de champiñón) y algo de betún.
En boca mostró elegancia, en consonancia con el resto de los que catamos, con buena acidez, sequedad característica, tanicidad, que aquí está muy bien integrada, y un final donde queda un cierto amargor, combinado en este caso con sensaciones frutales de fruta negra.
El balance general de la cata fue muy positivo. Encontramos vinos bien elaborados, redondos y agradables de beber, con precios asequibles (cuatro están por debajo de los 20 euros), e interesantes por la oportunidad que dan de probar algo distinto.
¡Salud!
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