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viernes, 7 de septiembre de 2012

EMIDIO PEPE 2005. Trebbiano. DOC Trebbiano D`Abruzzo. Italia.



Finalizamos nuestro segundo viaje a Italia probando un vino de la bodega Emidio Pepe, de la que ya habíamos oído hablar en España. Se trata de un blanco elaborado con la uva trebbiano. 
De color oro, en nariz revela muchos aromas: hierbas (de infusión, como la manzanilla), manzana (con apuntes de manzana asada, ya que también hay recuerdos a canela), y notas que podríamos definir como minerales, aunque resultan variadas, hemos tenido recuerdos yodados, de humo, de suelo húmedo...

El caso es que en boca todavía está mejor, delicioso. En la entrada apreciamos algo de dulzor, y pronto destacamos una acidez extraordinaria, de las que hacen grande a un vino. A esto se añaden notas salinas y un ligero amargor que invaden el paladar de sensaciones placenteras.

Mucho tiempo después de haber tomado un trago, el paladar se abre para disfrutar de todo lo que ofrece este vino. El recuerdo es muy largo y agradable; es un vino que se queda en la boca. Vino distinto, único, vivo.
Ha superado la prueba con creces. Lo elabora la bodega Emidio Pepe,  una de las 33 bodegas que forman Renaissance Italia (asociación de productores biodinámicos) que coordina el gran Stefano Bellotti. El movimiento tiene sus orígenes en Francia ("La Renaissance des Appellations"). Están adheridos en España: Albet i Noya, Mas Estela, Bodegas Lezaun y la Compañía de Vinos de Telmo Rodríguez.
Reconociendo que hay vinos buenos elaborados con métodos diversos,  queremos apuntar el mérito que tienen los ecológico-naturales-biodinámicos, ya que llevan asociados principios como el trabajo artesanal, el absoluto respeto hacia la naturaleza y la preocupación por nuestra salud. Dicen algunos entendidos, con los que hemos hablado a lo largo de estos años, que los vinos biodinámicos "se parecen todos", que "no todos están buenos", que "son desiguales". Respetando sus opiniones,  también podríamos argumentar que los que hacen vino siguiendo los métodos "científico-industriales" deberían entonces ser capaces de garantizar  vinos como éste, lleno de matices; de los que no se olvidan. 
Nos costó unos 35 € en el restaurante Il Convivio, de Roma.
¡Salud!

1 comentario:

  1. Muy buen artículo. Si queréis tomar este vino en Madrid lo tienen en el restaurante Wakathai, marida bien con comida especiada asiática. Gracias!

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