Repetimos con la bodega Mas Foraster, situada en Montblanc, Tarragona, tras las buenas impresiones que nos dejaron dos de sus vinos: el blanco de macabeo y garnacha blanca, y el tinto de tempranillo (ull de llebre) y cabernet sauvignon. Además teníamos muchas ganas de probar otro ejemplo de monovarietal de trepat, pues ya conocíamos, y bien que nos gustó, el que elabora el celler Carles Andreu.
Pues bien, éste que nos ocupa, de bonito color, cereza con matices rosáceos, muestra en nariz unos aromas muy agradables: flor (nos acordamos de los pétalos de rosa), hoja de té, hojarasca y hierbas (recuerdos frescos), junto a un fondo de fruta roja en sazón. También están presentes notas terrosas. Con el tiempo advertimos un ligerísimo tostado, bien integrado, de la barrica (crianza de 5 meses en roble francés).
En boca nos encanta su frescor, y eso que estamos ante un vino mediterráneo. Resulta ligero, aromático, con un puntito dulce en la entrada, sin empalago. Hacia el centro de la lengua quedan notas salinas, y, hacia el final, amargas. Deja un recuerdo bastante largo y agradable.
Un vino muy placentero de beber, con o sin comida; otro de esos muchos desconocidos que pueblan la geografía vitivinícola española, y que invitamos a descubrir porque ofrecen mucho.
Su precio es también muy interesante, poco más de 10 €.
¡Salud!
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