Finalizamos el mes como lo empezamos, en Italia. En estas fechas en las que los paisajes del vino están preciosos, tornando a naranjas y rojos, nos acordamos de Barolo, Italia. Eso nos lleva a pensar en el gran Aldo Vajra (y familia, que también conocemos a su hijo Giuseppe). Así que nos abrimos uno de sus vinos, el Langhe, elaborado con una uva maravillosa, la nebbiolo. Ya conocíamos la añada 2008, y la 2009, por lo que jugamos en un terreno seguro.
De capa ligera y color cereza, en nariz encontramos un buen ensamblaje de aromas delicados: fruta roja, flores, hinojo, y recuerdos minerales, terrosos. La crianza apenas se intuye, con alguna nota tostada.
En boca, estamos ante un vino fino, elegante, de los que se beben atendiendo a las sensaciones placenteras, donde todo es fácil. La entrada es dulcecita, pero enseguida nos encontramos con notas tánicas, de ligero amargor. El equilibrio entre acidez y alcohol es fantástico, porque los 14,5 grados quedan en el olvido. La crianza en madera (grandes toneles de roble esloveno) no interfiere, sino que ayuda a recrear sensaciones.
Un vino nada pretencioso, pero que pide ser degustado con tranquilidad, para ir descubriendo sus matices, que reflejan su buena elaboración.
Y todo esto por un precio más que razonable: 15,40 € en Lavinia.
¡Salud!
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